Alberto de Mónaco vuelve a Cantabria para rememorar a su tatarabuelo

martin bastos

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Alberto de Mónaco, en el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo
Alberto de Mónaco, en el Centro de Arte Rupestre de Puente Viesgo Pedro Puente Hoyos | EFE

El príncipe rinde homenaje a la figura de Alberto I, mecenas de los pioneros de la investigación prehistórica y el arte rupestre

01 jun 2024 . Actualizado a las 13:56 h.

El principado de Mónaco y la comunidad autónoma de Cantabria firmaron este viernes un acuerdo para colaborar en la investigación y la difusión del arte prehistórico durante la visita del príncipe Alberto II al Centro de Arte Rupestre de Cantabria en Puente Viesgo. La institución lleva el nombre de su antepasado Alberto I, que fue mecenas de los pioneros de la investigación prehistórica. «Que este centro lleve el nombre de mi tatarabuelo es para mí y para mi familia una gran alegría y un gran orgullo», dijo el príncipe, que confesó estar «muy feliz» de visitar por tercera vez la comunidad. En su última visita, en octubre del 2022, el centro estaba en construcción. Entonces recorrió las cuevas de Monte Castillo y conoció los últimos hallazgos e investigaciones sobre las pinturas de estas cavidades, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2008. Alberto II recordó que su tatarabuelo, junto con otros pioneros, hicieron descubrimientos que «son esenciales para la comprensión de los primeros humanos y de los primeros gestos artísticos»,

El príncipe monegasco ha recorrido, e inaugurado, la exposición temporal dedicada a su antepasado bajo el título Alberto I, príncipe de la Prehistoria y la exposición permanente que explica el arte rupestre de las cuevas prehistóricas de Cantabria.

Considera estas muestras como «un buen ejemplo» de cómo buscar «de forma moderna» la implicación del público en los descubrimientos en torno al arte rupestre. Asegura que el museo tiene una forma «muy bonita» de presentar las piezas y descubrimientos en las cavidades de la región y que expone la riqueza de todos esos hallazgos de una manera «muy pedagógica», con tecnologías modernas y que permiten al público interactuar.

«Creo que mi tatarabuelo, Alberto I, habría estado muy feliz y muy orgulloso», afirmó.