La «influencer» Fátima Vázquez, tras sus fotos junto a Lamine Yamal: «Acosar e insultar sí es delito, y no irse de viaje con una persona»

GENTE

La creadora de contenidos critica el linchamiento que sufre por sus vacaciones en Italia junto al futbolista del Barcelona
19 jun 2025 . Actualizado a las 17:11 h.Lo está gestionando como puede, pero reconoce que el linchamiento contra su persona y los mensajes de odio son muy graves, y lo que más le duele es lo que está viviendo su familia. La influencer gallega Fátima Vázquez sabe que trabajar como creadora de contenidos conlleva exponerse públicamente, pero su reciente viaje a Italia con Lamine Yamal ha sido la gota que ha colmado el vaso para que centenares de haters se lancen contra ella.
La diferencia de edad entre ambos —el futbolista del Barcelona cumplirá la mayoría de edad en julio y ella tiene 29— ha provocado que muchos la lleguen a calificar de pedófila, y es algo por lo que no pasa. «En España a partir de los 16 años una persona puede hacer lo que quiera y no es delito. Lo que sí es delito es acosar e insultar a una persona de la manera que se está haciendo conmigo en las redes sociales. Eso sí es delito y no irse de viaje con una persona por la propia voluntad de ambos», sentencia.
Con todo, esta vecina de A Pobra reconoce que desde que se dedica al mundo de la creación de contenidos ha generado mecanismos que la «ayudan a reflexionar sobre las cosas y ver siempre el lado positivo». «Aunque tengo momentos de bajón, he llegado a un punto que las cosas malas directamente las aparto. Hay que agradecer cada día que te levantas». Fati Vázquez explica que este no es el primer gran bache con el que tiene que lidiar, porque a lo largo de su vida ha debido enfrentarse a momentos muy duros, y ya siendo adolescente sufrió un episodio de acoso que finalmente acabó contando en un libro que publicó hace cinco años.
Relación sentimental
Tampoco fue una etapa agradable cuando a finales del 2019 se tuvo que mudar a Madrid tras romper su relación sentimental con el yutubero gallego Tobbalink, que fue quien la metió en el mundo de la creación de contenidos. Su desembarco en Madrid coincidió con la llegada del covid. «Y se me cayó por completo el sueño que perseguía», afirma.
Ella siguió luchando y puede presumir de llevar diez años sacándose las castañas del fuego. «Vengo de una familia muy humilde y trabajadora. Mi padre estuvo toda la vida en el mar y mi madre es ama de casa. Siempre he salido adelante por mí misma y no tengo ninguna necesidad de irme de viaje con ninguna persona para buscar nada», declara la instagramer gallega.
Fati Vázquez no confirma en ningún momento una relación con Lamine Yamal, e insiste en que son amigos que realizaron un viaje juntos y que también había otras personas que acompañaban al futbolista. No esconde que le «gustaría volver a verle para poder hacerle unas preguntas» sobre todo lo que está ocurriendo a raíz de que La Voz destapase su viaje juntos, una noticia que ayer protagonizó la portada de la revista Lecturas. Tal vez puedan aclarar las cosas en Ibiza, un destino al que viajará la gallega la próxima semana.
Únete a nuestro canal de WhatsApp
De azafata a firme defensora del ejercicio y la alimentación saludable
Siempre le gustaron los idiomas y con 18 años se propuso ganar dinero para pagarse los estudios de Traducción e Interpretación en Vigo. Así que Fati Vázquez se formó primero como azafata y comenzó a hacer pequeños trabajos en eventos, presentaciones o partidos del Compos y el Obradoiro, al mismo tiempo que mandaba currículos para trabajar en alguna aerolínea.
Finalmente la llamaron de Vueling para su base de Barcelona, y la pobrense hizo las maletas y se marchó a la ciudad condal, donde no pasó una de sus mejores etapas. «Sufrí un poco de depresión y ansiedad. Era una vida muy caótica y todo me quedaba muy grande», explica. Afortunadamente, le salió una plaza para trabajar desde Santiago, algo que le venía muy bien porque había comenzado una relación sentimental con el yutubero Tobbalink y ambos compartían residencia en Cangas. Fue él quien la comenzó a incluir en sus vídeos. «Al final la gente se volcó mucho conmigo, le hacía gracia ver a una chica gamer», dice. Así que poco a poco se fue haciendo un hueco en el mundillo y decidió apostar por crear contenidos en las distintas plataformas.
Tras pasar cinco años en Madrid en los que mantuvo otra relación sentimental, decidió volver a su pueblo natal. «Allí tenía de todo, no me faltaba de nada, pero había algo que no me hacía feliz», por lo que regresó a A Pobra y empezó su etapa de «sanación, de sentirme otra vez yo». Así que desde hace algo más de un año sus redes se han llenado de vídeos donde el ejercicio y la alimentación saludable se mezclan con sus viajes.