Natxo Insa cambia su rol en 80 minutos

La Voz

GRADA DE RÍO

01 abr 2013 . Actualizado a las 11:42 h.

Natxo Insa había desaparecido del mapa celeste. No jugaba desde mediados de febrero, en el partido de Getafe, y por encima una lesión le apartó durante el cambio de entrenador. Recuperado, la apuesta por el trivote frente al Barcelona le dio un sitio en el once y el alicantino no solo respondió marcando su primer gol en Primera, sino que incluso firmó su mejor partido de la temporada con un derroche descomunal hasta que las fuerzas le abandonaron camino de los diez últimos minutos de contienda.

«El fútbol tiene esto, pero pasa la semana y se olvidará. Hay que disfrutarlo y saber que lo importante ahora es recuperarse para el próximo partido», comentó el mediocentro a cerca de su cambio de rol. Lo único que pretendía Insa era demostrar que puede ayudar al Celta en un momento tan delicado: «Estaba entrenando bien, día a día estaba demostrando que podía aportar cosas al equipo y aunque me quedaba fuera de la lista nunca decaí después de una lesión y ahora he tenido la oportunidad de poder jugar y demostrar que estoy ahí y que puedo ayudar». Hasta la fecha solo había participado en un total de 10 partidos, seis de ellos como titular, de los cuales cinco fueron a domicilio. Esa fue siempre su penitencia.

A prueba de inactividad

Lo único que le faltó fue oxígeno para completar el partido. Reconoce que a partir del minuto 70 «el cuádriceps ya me protestaba, sobre todo en los golpeos, pero estoy satisfecho porque llevaba un tiempo inactivo y pude aguantar».

Como premio consiguió su primer gol en la máxima categoría. También el primero en Balaídos como celeste, ya que había marcado en sus días con el Villarreal B. «Fue una alegría inmensa. Agradecer a mis compañeros, al club que me ha dado la posibilidad de poder cumplir un sueño. Se lo he dedicado a mis abuelos».

Su tanto, el primero de la tarde, fue además una cuestión de fe. «Fui con la intuición de que iba a caer el balón por esa zona porque vi a Fabián [Orellana] que estaba muy forzado y tuve la suerte de que me cayó en el sitio justo en donde me encontraba», recuerda.

Ahora quiere pasar página en el plano personal. Más allá de su gol, lo importante es que desde su prisma el equipo llega muy vivo y dependiendo de sí mismo al tramo decisivo de la temporada: «Es muy importante depender de nosotros, quedan nueve jornadas y el equipo está más vivo que nunca. Aquí vamos a pelear hasta el final, tenemos que seguir día a día», compartiendo la idea de Abel de que ante el Barça marcaron un punto de inflexión: «dentro del vestuario lo estamos tomando así. Debemos tener la cabeza fría».

Ahora solo piensa en pulir los detalles y encarar el partido ante el Rayo Vallecano con las mejores garantías: «Tenemos que afrontar el partido del Rayo con la mayor convicción de que hay que ganar». Será la primera batalla real por la permanencia.

«Dependemos de nosotros mismos y estamos más vivos que nunca, vamos a pelear hasta el final»

Centrocampista del Celta