
Oubiña avanzó metros ante el Levante, ganando enteros su fútbol
24 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Borja Oubiña se crece con el balón en los pies. Es su estado natural. Su mejor versión brota cuanto más contacta con el esférico, y ante el Levante quedó patente. El capitán está viviendo una temporada diferente. La llegada de Luis Enrique al banquillo conllevó cierta transformación del jugador, pasando a ejercer de pivote defensivo, y moviéndose en la práctica casi como un tercer central.
Desde la pretemporada hasta el encuentro con el Atlético de Madrid se pudo ver a un Oubiña que hacía las veces de quinto defensor. El jugador se incrustaba entre Fontás y David Costas -o los centrales de turno- para aportar más solvencia a una zaga en la que el carácter ofensivo descansa en los laterales carrileros. Sin embargo, el lunes, en el partido frente al Levante, el trabajo del capitán dio un nuevo giro. Avanzó metros, se despegó más de los defensas, y su fútbol brotó de nuevo.
Aunque es cierto que el equipo de Joaquín Caparrós, resguardado en su cueva y sin apenas presionar, se prestaba para ver al Oubiña más creativo, la nueva vuelta de tuerca del capitán aspira a tener continuidad. El lunes el balón rodeó mucho más al celeste, y muestra son las 94 ocasiones en las que el balón pasó por sus pies. Una cifra superior a la de choques como el del Getafe, donde el bagaje se quedó en solo 74, lo mismo que frente al Elche, pero mucho más alejado de los 59 toques del duelo frente al Athletic.
Juego limpio
Más allá incluso de los números, la colocación de Oubiña sobre el tapete argumentaba el giro a su papel. Más adelantado, mucho más próximo a Krohn-Dehli y a Rafinha, y sobre todo intentando ejercer mucho más como brújula del equipo.
A lo largo de la temporada el propio Borja Oubiña había declarado que estaba adaptándose a su nuevo papel en el equipo, interiorizando movimientos diferentes para dar a Luis Enrique lo que le pide sobre el césped. Sin embargo, la opción de que el capitán se reencuentre con su estilo de juego, más de creación y con menos responsabilidad a la hora de respaldar a los centrales, está sobre la mesa.
Cuando los resultados se resisten, es preciso buscar alternativas, y quizás la de devolver al capitán a su zona de confort sea una de las que adopte Luis Enrique. Los mejores, en su mejor puesto.