Instalado en la montaña rusa

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Toni ha pasado de indiscutible a no jugar en Liga desde el 30 de noviembre y a desaparecer de las convocatorias

16 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Toni Rodríguez vive el año más cambiante de su vida. El coruñés pasó de descarte estival del Celta a titularísimo y renovado por cuatro temporadas en el comienzo de Liga, para volver a desaparecer del mapa en los últimos tiempos. En la competición regular no juega desde que fue sustituido a los 59 minutos del partido con el Almería el pasado 30 de noviembre, y en las dos últimas convocatorias ante Real Madrid y Valencia incluso se ha quedado en la grada.

La situación del canterano ha vuelto a pegar un cambio radical en negativo. En todo el mes de diciembre solo ha jugado la vuelta copera en San Mamés y para encontrarle un partido completo el Liga hay que remontarse a la visita del Rayo Vallecano a mediados de noviembre.

Esta cuesta abajo choca con su irrupción en el arranque de temporada, disputando once partidos como titular en su estreno como lateral izquierdo, puesto al que fue reconvertido en su día por Luis Enrique tras ser declarado transferible. De hecho, el club le renovó a mediados de agosto por un período de cuatro años, hasta el 2017.

Su tobogán nace en la reconversión. Después de toda una vida como atacante, primordialmente en la izquierda, fue Luis Enrique quien apostó por retrasar su posición. Ya durante el verano se pudo intuir que el canterano era el preferido del técnico por delante de Bellvís, hombre al que habían renovado para competir por un puesto en la banda siniestra. Lo mismo sucedió con la llegada de Aurtenetxe, a quien Luis Enrique veía más en la faceta de central, aunque en el Athletic lo jugara todo como lateral.

El oficio de defensa

Toni tenía a su favor su proyección ofensiva en un sistema de laterales largos, pero en contra, la necesidad de aprender el oficio de defensor casi a la carrera. Que el equipo encajase en casi todos los partidos y que el flanco izquierdo fuera el predilecto de los rivales no le ayudó en absoluto.

Toni ha terminado por convertirse en la víctima de su propia reconversión y del socavón defensivo que ha acompañado al Celta a lo largo de media temporada. La dirección deportiva celeste comenzó a pensar en Jonny para el costado izquierdo, y el internacional sub 20 explotó en la ida copera ante el Athletic con un partido soberbio. Y aunque no tuvo el favor de la titularidad en Pucela, en los dos primeros partidos del año se ha convertido en el dueño de la banda izquierda, un costado que en absoluto le es desconocido.

Ante un nuevo cambio en su estatus dentro de la plantilla, Toni ha optado por el silencio. No hay declaraciones del coruñés esta semana. Por trabajo y por esfuerzo no quedará el intento de recuperar el protagonismo anterior, pero la empresa parece difícil. No se trata de un futbolista que esté pendiente de reivindicarse con un oportunidad, sino que se ha caído del equipo fruto de los ajustes de un entrenador que le ha defendido en todo momento e incluso ha cuestionado la reprobación que en algún momento pudo llegar desde la grada. ¿Y si la reconversión era imposible?