El Celta puede asertar un golpe casi definitivo al Betis en la lucha por la permanencia
24 ene 2014 . Actualizado a las 13:08 h.La primera final por la permanencia toca a la puerta del Celta, que podrá contar con Borja Oubiña después de que entrenase con total normalidad. Será frente al Betis y con la posibilidad de dejar casi descartado a un rival por la salvación, pero en un partido plagado de enigmas por el tercer cambio de entrenador de los verdiblancos.
Porque desde que el Celta asaltó el Villamarín a finales de agosto pasado, no solo Pepe Mel perdió su puesto en el banquillo, sino que el argentino Calderón ha tomado la batuta de Garrido. Este último movimiento deja a Luis Enrique sin referencias del rival, una cuestión nada capital teniendo en cuenta la idiosincrasia del cuadro celeste.
El principal problema del Celta será acertar en las dos áreas y mantener la tendencia al alza que está experimentando en Balaídos, en donde no pierde desde el sonrojante 0-2 con el Rayo Vallecano (9 de noviembre). Para conseguirlo debe superar del mejor modo la baja de Augusto, el futbolista más intenso del medio campo, que cumple el partido de sanción y cuyo lugar en teoría debe ser ocupado por Álex López, la ausencia más destacada en Cornellá. Será el escudero de un Oubiña que se apunta a la pelea. En teoría, el único cambio con respecto al último partido.
Situación extrema
El Betis llega a Vigo en una situación extrema. Como colista, sin haber ganado a domicilio en todo el curso y con una racha de 13 partidos sin vencer. Pero al mismo tiempo lo hace bajo el síndrome del cambio de entrenador, con el argentino Calderón convencido de que el milagro es posible, y con un ataque de campanillas. Con Baptistao, cuya cesión por cinco meses le ha costado dos millones de euros, con Rubén Castro recuperado y con Jorge Molina como estilete. Demasiada pólvora como para fiarse de la clasificación.
Pero el Celta está ante una oportunidad de oro. Aunque Luis Enrique no descarte al Betis en caso de derrota, los vigueses podrían irse con un botín de once puntos y el golaveraje con respecto al rival. Sería un paso de gigante de cara a la permanencia. Un objetivo que ni en el peor de los sueños pensaba el Betis que le tocaría apurar.