Uno menos para la batalla final

Xosé R. Castro FONDO NORTE

GRADA DE RÍO

15 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con semejante cóctel había que sospechar. Casi nunca el mercado de invierno ha sido propicio para el Celta. Igual que las cesiones del Spartak de Moscú. Por eso los vigueses parecen condenados a afrontar la batalla final por la permanencia con uno menos. Con Welliton como simple visitante.

Porque el delantero que venía a luchar con Charles por un puesto de titular y que por dos veces había sido pichichi en la Liga rusa solo ha jugado cuatro minutos y ayer fue el único descarte por motivos técnicos. Aunque Luis Enrique le vea bien y le defienda.

Claro que nadie llorará la ausencia de un jugador que llegó como parche de última hora en un partido marcado en rojo como el de esta sobremesa. A lo sumo el celtismo se acordará de Rafinha, el factor diferencial que sigue parado. Aunque el partido contra el equipo más antagónico, por edad y por propuesta, suena más a cuestión colectiva. Porque este Celta no puede caer en la autocomplacencia cuando por detrás llegan en estampida alguno de los rivales. Que el equipo juega bien no es ninguna novedad, que su fútbol está por encima de los 30 puntos, tampoco, pero que le falta pegada y a veces le sobra bisoñez, es una peligrosa realidad. Además, teniendo en cuenta el calendario del tramo final, mejor no tentar a la suerte y certificar la salvación.

Esa sería la primera piedra del futuro que ayer desveló con trazos largos un Mouriño que poco a poco comienza a enseñar su ambición. La economía no lo necesita y no habrá ventas, las joyas de la factoría solo se irán a precio de cláusula y sobre su crecimiento se edificará un equipo con ganas de trepar en la tabla. En ese proyecto con toda seguridad no estará Welliton. Y en esa hoja de ruta no estaría de más eliminar, para el Celta, el mercado invernal. Se ahorrarían un disgusto.