El riesgo como base del éxito

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vazquez

Luis Enrique ha llevado al Celta a la zona media con decisiones llamativas y un plantel entregado

18 mar 2014 . Actualizado a las 17:14 h.

Luis Enrique es un entrenador de riesgos y de apuestas fijas. Su Celta nació con una idea que se ha convertido en dogma, aunque con vueltas de tuerca que le han permitido perfeccionar el sistema para convertir a un equipo plagado de incógnitas en la revelación de la segunda vuelta. Y lo más importante, ha conseguido que toda la plantilla esté enchufada y convencida de que la idea de su entrenador es la buena.

Filosofía de juego

Una idea de principio a fin

La base sobre la que se sustenta su proyecto no ha sufrido ninguna desviación. Desde la primera jornada ha apostado por el 4-3-3, con la premisa de gobernar los partidos desde la posesión de balón y con el ansia de ser protagonista sin importar el rival que esté enfrente.

Ajustes

Má solidez defensiva y menos distancia entre líneas

Sin mudar la esencia, ha dado un par de giros definitivos para el despegue del equipo. Con los movimientos de piezas y con una mayor dosis de intensidad, el Celta ha ganado en solidez defensiva, circunstancia que se ha visto ayudada por juntar más las tres líneas, especialmente la zaga y el centro del campo, lo que ha reducido los espacios e impide que el equipo se parta, algo que ocurría al principio. En la salida de balón, el pivote recibe más arriba.

Apuestas personales

Oportunidades con fecha de caducidad

No le salió bien y el futbolista terminó siendo el gran damnificado con su salida del club, pero reconvertir a Toni en lateral izquierdo y darle una docena de partidos en Primera ha sido una cuestión personal de Luis Enrique. Al final Jonny se hizo con el puesto. Igual que la continuidad de David Costas, que durante el primer tercio de Liga fue un asiduo.

Cambio de idea

Orellana, de hacer las maletas a ser indiscutible

El caso contrario a Toni lo representa Orellana. En agosto no contaba, Luis Enrique le invitó a salir, pero el chileno se quedó, pisó el acelerador en el trabajo diario y terminó por convertirse en un fijo en los onces de los últimos tres meses. Lo recuperó el gijonés.

Todos expuestos

El primero que ha sentado a Oubiña

Borja no es uno más a ojos del celtismo. Es el capitán y uno de los símbolos del equipo, sin embargo a Luis Enrique no le tembló el pulso cuando tuvo que sentarlo y sustituirlo, por dos veces, en las últimas jornadas. No lo ha utilizado a domicilio en las tres últimas salidas. El sábado ante el Levante, además, sentó a Hugo Mallo tras hacer un partidazo ante el Atlético.

Soluciones llamativas

El viaje de Krohn-Dehli al pivote defensivo

El danés fue extremo izquierdo o delantero durante toda su vida deportiva, pero en el Celta se ha reciclado esta temporada a mediocampista al jugar sin interiores, pero en tres ocasiones Luis Enrique ya le ha colocado como pivote, en el sitio de Oubiña o Fontás. «Es el que más fútbol nos da», admitió el viernes el entrenador del danés.

Formaciones

Un rompecabezas imposible de descifrar

En 28 jornadas que se llevan consumidas en Primera, solo en dos ocasiones ha repetido la misma formación en dos citas consecutivas. En las 24 restantes siempre ha movido al menos una pieza en cuanto a nombres. Lo mismo sucede en cuanto a posiciones, con futbolistas que alternan en función del rival o de las necesidades del equipo (los casos de Fontás y de Augusto son los más palpables).

Propuesta

Decisiones arriesgadas, casi todas con final feliz

Al menos en tres partidos salió a relucir el ataque de entrenador que todo técnico lleva dentro. En Getafe, en la primera vuelta, con un mar de rotaciones, naufragó con una propuesta que entregó en bandeja el partido al rival. Frente al Athletic en Vigo salió a presionar a toda cancha y se comió a los leones con su propia medicina. En Valencia el sábado le desmontó el chiringuito a Caparrós doblando las bandas con delanteros y laterales y presionando muy arriba a los granotas, aturdidos durante todo el primer tiempo.

Convencimiento

Toda la plantilla enchufada y convencida de lo que hace

Resulta poco menos que imposible que una plantilla esté siempre al límite y convencida de que todos son protagonistas, pero Luis Enrique lo ha conseguido en el Celta, en donde hasta los que menos juegan pueden ser protagonistas. Madinda es el ejemplo. Después de una vuelta y dos partidos sin ser titular, salió en Valencia y cumplió su cometido. Otro adepto más para la causa.