
Los vigueses, que han sumado tres puntos de los últimos 15, se la juegan ante un Sevilla embalado
29 mar 2014 . Actualizado a las 18:19 h.El Celta acaba la semana loca ante el Sevilla, el equipo más en forma de la Liga, exigido por un resultado positivo y esperanzado de poder contar de nuevo con Rafinha.
Tres puntos de los últimos 15 posibles han devuelto al Celta a una situación incómoda. Sus fallos en el último mes se han visto amortiguados por los resultados de los equipos rivales, pero los de Luis Enrique necesitan reaccionar para no verse atropellado por el furgón de cola. La teoría recomendaba que los vigueses hicieran los deberes de la semana con el Málaga el viernes anterior, pero el resbalón con el grupo de Schuster, obliga a una machada para no comenzar a vivir con el agua al cuello.
El Celta ya sabe lo que es ganar al Sevilla esta temporada, cuando se aprovechó de un fallo de Beto -hoy ausente en detrimento del excéltico Javi Varas- para asaltar el estadio del Nervión. Sin embargo, el crecimiento del grupo de Emery ha sido brutal en las últimas semanas, hasta el punto de llegar a Vigo avalado por seis triunfos consecutivos. Los hispalenses han pasado de pelear por la Europa League a mirar a los ojos a la cuarta plaza de Champions. Y todo por fijar un doble pivote defensivo.
Lo único bueno para el Celta es que llegan a Vigo después de un descomunal esfuerzo y antes de abrir la eliminatoria europea con el Oporto, lo que invita a pensar en que Unai activará el plan B, aunque no tan salvaje como en Pamplona.
En el Celta la gran duda es Rafinha. Está para jugar, pero no se sabe si lo hará de cara. Tampoco está clara la elección del sustituto del lesionado Cabral en el centro de la zaga. Por lógica, Íñigo debiera ser el elegido, lo que significaría que Fontás volvería al centro de la zaga para sacar el balón. Todo, partiendo de la base que Luis Enrique descartará la defensa de cinco que tan nefasto resultado le dio en el Camp Nou.
Dada la situación, y que enfrente estará un rival que prefiere esperar en el medio y vivir del contragolpe, todo apunta a que el equipo vigués tendrá que volver a su propuesta de riesgo pero acertando en las dos áreas y minimizando los errores en la entrega.