
A la tradicional revisión médica sumó exhaustivos análisis antropométricos
08 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La de ayer fue una mañana distinta en el Celta. Para el cuarto día de pretemporada el club dispuso un planing que cambiaba la hierba de A Madroa por el hospital de Fátima y la facultad de Ciencias do Deporte de Pontevedra, y los balones y porterías por aparatos de última generación destinados a examinar el estado físico de los jugadores. Ayer, en el Celta, mandaban los médicos.
Rubén Blanco, Michael Krohn-Dehli, Santi Mina, Joaquín Larrivey, Jota Peleteiro, Pablo Hernández, Levy Madinda y Charles Dias integraron el primer grupo en someterse a las pruebas médicas. Analíticas, electrocardiogramas, ecocardiogramas y una prueba de esfuerzo compusieron el examen estándar al que se sometieron en la clínica viguesa. La letra pequeña les esperaba en Pontevedra.
De la mano de Federico Mallo, que por segunda temporada se responsabilizará del apartado nutricional del equipo, los jugadores se sometieron a un minucioso estudio para conocer su composición corporal con detalle. «Se les pesa, se les mide, se toman seis pliegues cutáneos distintos» y se emplean diferentes avances tecnológicos para conocer al cien por cien cada cuerpo. «La antropometría por impedancia [que así se llama] nos dice la cantidad total de agua, la grasa y el músculo, y cómo se distribuye». Datos que les permiten luego marcar metas individuales. «Se ponen objetivos dependiendo de cada caso. Si conviene ganar más masa muscular, y dónde, pues se establece un trabajo específico en el gimnasio, o si conviene rebajar un pelín el porcentaje de grasa, pues se ajusta con entrenamientos o en la comida».
La temporada pasada el Celta introdujo el papel del nutricionista y los resultados fueron muy buenos. Tanto, que los jugadores han mantenido durante el verano muchas pautas marcadas y han llegado en un estado similar al que tenían a final de curso, y mejor del que tenían el verano pasado. «Los deportistas de élite oscilan entre un 9 y un 15 % de grasa y el Celta el año pasado estaba entre un 9 y un 11,5 %», desvela Mallo.
Toda la información que el fisiólogo y su equipo reúnan con los exámenes se enfocarán a mejorar el rendimiento. Durante el resto del año cada seis u ocho semanas se someterán a plicometrías -mediciones de los pliegues cutáneos- que permitirán comprobar la evolución de cada futbolista. Todo, para conseguir un rendimiento al cien por cien.