Borja Oubiña vivirá una prueba de fuego en el espacio máximo de tres semanas. Su evolución es buena, pero el comienzo de la carrera se encargará de medir la evolución de la rodilla izquierda, que fue intervenida de una artritis el pasado mes de agosto.
«Borja sigue con su proceso de recuperación, está caminando normalmente, hace todo el trabajo de gimnasio y recuperación. La evolución de la rodilla es buena, pero queremos saber cómo se comporta cuando le metamos algo más de carga, cuando comience a correr, calculamos que será en dos o tres semanas», comentó García Cota, que espera a que comience a correr para poder establecer un plazo, más o menos fiable, para el regreso del ahora segundo capitán a las canchas.
Augusto, sin forzar la vuelta
Augusto Fernández tendrá que esperar al menos hasta el mes de noviembre para volver a jugar. Su evolución es buena, pero los servicios médicos del club no quieren ningún tipo de precipitación tras los problemas físicos del argentino en el principio de temporada: «Con los antecedentes que tiene esta temporada no vamos a forzar porque nos podría acarrear problemas después», comenta el máximo responsable médico, que no obstante, considera que «está evolucionando bien pero nunca bajará de las cinco semanas». Admitió que le puede estar pasando factura no poder realizar la pretemporada por llegar tarde tras el mundial: «No ha hecho una pretemporada normal como el resto del equipo, y con la intensidad con la que se trabaja aquí en los entrenamientos, es muy probable que pueda tener algo que ver». El argentino ya lleva varios días con carrera continua sobre el campo.
Hugo, alta el jueves
En cuanto a Hugo Mallo, con una rotura fibrilar de bajo grado, la idea es que hoy mismo ya comience a entrenar con el resto del grupo, aunque con algún tipo de limitación, y que el jueves tenga el alta para estar a disposición de Berizzo para la contienda de San Mamés. Ayer se limitó a hacer carrera continua.