El Celta se agarra a la polivalencia

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Berizzo exprimió la versatilidad de sus hombres para modificar el esquema

12 ene 2015 . Actualizado a las 14:44 h.

Al séptimo intento el Celta consiguió cambiar el signo del marcador. El empate ante el Valencia, aun siendo rácano, sirvió a los célticos para espantar a sus fantasmas y poner coto a una racha que les estaba enviando al pozo. La igualada llegó el día en el que Eduardo Berizzo decidió mudar la piel de su equipo, renunciar al 4-3-3 de los momentos de gloria y también de las penurias, y apostar por un 5-2-1-2 que consiguió herir a un Valencia todoterreno que en Balaídos se acomodó.

El cambio del dibujo -aunque en el segundo tiempo retomó un trazo más clásico con tres hombres en ataque- cuajó, en buena medida, gracias a la tan traída polivalencia de la plantilla celeste. Eduardo Berizzo puso a examen la capacidad de algunos de sus jugadores para adaptarse a posiciones nuevas, y la apuesta resultó fructífera en hombres como Radoja o Fabián Orellana.

Del centro del campo para atrás el serbio se ha convertido en el nuevo chico para todo del Celta. Lo mismo ejerce como pivote defensivo, la demarcación en la que se encuentra más cómodo y para la que fue fichado, que se incrusta entre los centrales a la hora de replegar, o que directamente pasa a ejercer como defensa. El sábado se dio este último caso. El planteamiento defensivo céltico, con dos laterales muy ofensivos y tres centrales obligó a Radoja a acompañar a Sergi Gómez y Andreu Fontás, y el serbio cumplió.

Sin embargo, por si su cambio de línea no fuese suficiente, Berizzo le puso una prueba mayor tras la lesión de Hugo Mallo. Le confió el lateral derecho, en el que el serbio no tuvo grandes atrancos aunque se mostró más comedido que el de Marín a la hora de subir una banda en la que Orellana llevó todo el peso del ataque.

El chileno es otro de los que ante el Valencia tuvo que reorientar su juego. Acostumbrado a ejercer pegado a la línea de cal de la banda derecha y a buscar centros y pases de la muerte, además de tirar millas hasta la línea de fondo, ante los de Nuno se acomodó como punta formando pareja de ataque con Charles y cayendo a la izquierda. El internacional se mostró más por la zona central del campo, aunque en el segundo tiempo regresó a la banda diestra, desde donde entró para rematar el balón que peinó Charles y que acabaría con la fatídica sequía de gol celeste.

Otro que ante el cuadro valencianista estrenó puesto fue Augusto Fernández, que ejerció en el doble pivote junto a Michael Krohn-Dehli, un hombre que ya está acostumbrado a rendir en la posición que le toque desempeñar, ya sea defensiva o creativa. Augusto retrasó metros respecto a su parcela habitual pero eso no impidió que llegase a disparar a puerta en tres ocasiones, las mismas que charles y una menos que Orellana.

El Tucu avanza metros

El cambio de esquema ante los valencianistas permitió a Pedro Pablo Hernández situarse por primera vez en la que era su posición natural en O´Higgins. Ejerció de enganche para surtir balones a Charles y Orellana, y lo cierto es que el del sábado fue su mejor partido como celeste hasta la fecha. Ganó la partida en el juego aéreo -se impuso en 11 balones, el 60 % de los que luchó-, realizó un ingente trabajo defensivo y puso criterio a la hora de avanzar con el balón.