Solo ante Getafe, Éibar y Córdoba los celestes dispararon más que ante el Rayo
13 abr 2015 . Actualizado a las 10:45 h.El Celta convirtió la visita del Rayo Vallecano en un festival de fútbol y goles que hicieron vibrar a Balaídos. El equipo que dirige Eduardo Berizzo se destapó con la mayor goleada en Liga en décadas gracias a un vendaval de ocasiones que, sin embargo, no marcaron un nuevo techo en el apartado de oportunidades creadas en un partido en lo que va de Liga. Porque, aunque parezca imposible, el equipo céltico disfrutó de más tiros en sus enfrentamientos con el Getafe en la primera jornada del campeonato, en el choque ante el Éibar y en el reciente partido con el Córdoba. Eso sí, nunca la efectividad les había acompañado como ante los de Paco Jémez.
Frente al Rayo los vigueses dispusieron de hasta 17 disparos, un derroche ofensivo que, sin embargo, se queda lejos de los 29 que alcanzaron los de Berizzo en el partido ante el Éibar, que concluyó con victoria de los de Garitano por la mínima. Ante el Getafe, en el primer partido de Liga, y con el Celta sorprendiendo a propios y extraños con una exhibición de fútbol y oportunidades, los tiros habían ascendido a la veintena, mientras que en la victoria por la mínima frente al Córdoba alcanzaron los 19.
En la hoja de servicios de los vigueses esta temporada el partido del Rayo se queda como el cuarto en el que más disparos han ejecutado, pero es el primero en cuanto a tiros entre los tres palos, amén de ostentar el mayor porcentaje de efectividad. Ante Getafe, Éibar y Córdoba los atacantes del equipo vigués habían dispuesto de idénticos nueve tiros a portería. Ante los azulones tres habían acabado en el fondo de la red, ante el Éibar la cuenta quedó vacía y frente al Córdoba Nolito había salido al rescate del Celta.
A nivel de efectividad, no cabe duda de que los seis goles que Santi Mina y Joaquín Larrivey sumaron marcan uno de los mejores picos de acierto del curso para la tropa de Berizzo, puesto que el equipo rebasó el 30 % de efectividad un una noche en la que su capacidad para manejar tiempos y oportunidades estuvo bendecida por el acierto, un elemento que le había dado la espalda en otros partidos.
Mucho fútbol, menos posesión
A menudo las sensaciones y los números no van de la mano. Y eso fue lo que sucedió el sábado ante los de Vallecas. A pesar del baño futbolístico y de goles que infligieron los célticos a los pupilos de Paco Jémez, la posesión estuvo prácticamente equilibrada, algo que inquietó especialmente a un rival acostumbrado a dominar con el balón en los pies. De hecho, el 49 % de la posesión que manejaron los de Jémez fue su quinto promedio más bajo de toda la temporada.
En el caso del Celta, los vigueses supieron exprimir sus minutos de posesión jugando sobre todo en campo contrario y mostrándose mucho más verticales que en partidos anteriores, puesto que, sin tener un control abrumador de la pelota a nivel estadístico, la aprovecharon mucho más. En el 3-1 al Getafe los celestes habían tenido una posesión del 59 %, en el 1-0 al Córdoba se había situado en un 64 % y ante el Éibar había ascendido al 73 % en uno de los partidos con más balón de los jugados por los vigueses en todo el campeonato.
Además, en esos tres encuentros, los tres en los que más disparos y ocasiones han creado los celestes hasta el momento, la precisión en el pase siempre había superado la barrera del 82 %, siendo incluso del 86 % en el caso del choque ante los armeros. Frente al Rayo Vallecano, que procura hacer de la presión y la intensidad su carta de presentación -si bien ante el Celta no lo logró- esa exactitud se plantó en el 78 %. En todo caso, el rendimiento que los de Berizzo fueron capaces de sacar a los números han marcado un antes y un después en su currículo.