Oubiña, la transición tranquila

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El exfutbolista se declara feliz con su nueva etapa en la secretaría técnica del Celta

06 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 23 de mayo Borja Oubiña recorría el césped de Balaídos por última vez como futbolista. Arropado por su familia, la afición y un Celta que quiso despedirlo como se merecía, puso punto y final a su etapa como profesional. Desde entonces, su vida ha dado un giro notable, pero su adaptación está siendo muy positiva. «Es una nueva vida, menos intensa, pero bonita. Lo llevo todo de la manera más tranquila posible dentro de lo que supone pasar de vivir emociones súper fuertes y de estar en una dinámica donde solo existe el presente, a una vida más calmada», asegura el exfutbolista.

La adrenalina, la pasión que acompaña al deporte es lo que más añora. «Todo lo que rodea al fútbol es bonito, entrenar y jugar, pero realmente lo intenso son las emociones que experimentas. Ahí es realmente donde reside todo. La adrenalina es lo que más echas de menos». Borja recuerda sus charlas con otros compañeros que colgaron las botas. «Me decían que habían notado mucho el cambio, sobre todo en lo que se refiere a dejar atrás una vida de emociones muy fuertes por otra menos intensa. Mi cambio, sin embargo, no ha sido tan brusco». El disgusto de su última lesión le allanó el camino. «Es difícil dejar el fútbol, pero el hecho de no haber podido competir el último año y el seguir ligado al fútbol lo suaviza todo».

Borja Oubiña ha tenido que adaptar su vida a nuevas rutinas, aunque asegura que sus días siguen siendo de lo más variado. «Entre semana estamos en Vigo y los fines de semana la dinámica suele ser estar fuera y ver fútbol en directo», una tarea que le satisface. «Es lo mejor de mi trabajo, seguir ligado al fútbol y disfrutar de los partidos en los estadios. Es cierto que ahora no vives lo más divertido, que es la competición, pero eso también te permite llevarlo todo con más tranquilidad».

Desde que se incorporó a la secretaría técnica que dirige Miguel Torrecilla no ha dejado de empaparse de fútbol. «Lo que hago es analizar partidos y ver jugadores, al modo Celta. Cada secretaría técnica tiene su forma de trabajar», y Borja asegura que se ha adaptado bien al sistema que impera en el club y a los que son sus nuevos compañeros. Como futbolista, destacó por ser un jugador analítico, «siempre intenté entender el por qué de las cosas que pasan en el fútbol, nada pasa por casualidad», aunque asegura que eso ni le ayuda ni le resta en su nueva función. «En el momento en que estás fuera, y cuando tienes cierto conocimiento de las cosas, todo se ve de manera distinta».

Las charlas de vestuario, los entrenamientos y las concentraciones han quedado atrás, pero no mira al pasado con morriña. Cuando está con los que hasta hace poco eran sus compañeros sobre el césped «pues hablas con ellos sobre anécdotas o cosas cotidianas. Esa etapa ya pasó y ahora estoy donde tengo que estar».

Ahora mismo Borja se centra en aprender, realizar bien su trabajo y disfrutar del primer equipo. «Los veo con ganas de ganar y de seguir creciendo, y eso es lo más importante, luego el resto viene dado por el trabajo. Si tienes ilusión y ganas de mejorar, si tienes una plantilla de calidad como la que tenemos, el resto viene más rodado».

El regreso a Balaídos

Desde aquel 23 de mayo en el que colgó las botas, Borja Oubiña ha regresado en varias ocasiones a Balaídos, y la sensación ha sido la misma, agolpándose los recuerdos. «Cuando voy por fuera, sobre todo tengo recuerdos, luego el partido intento vivirlo, verlo como un aficionado más y analizando las cosas, porque al final tienes un punto de vista diferente al de cualquier aficionado. Tienes más información y ves las cosas diferentes, intentas también ver el fútbol desde un punto de vista más analítico», algo que encaja en su nuevo rol.

Lo que no ha cambiado es la respuesta de los aficionados celestes. «Me siguen tratando con cariño», celebra, «pero a medida que pase el tiempo, las cosas irán calmándose y olvidándose del Borja futbolista, es evidente. Los años pasarán y todo se volverá más tranquilo». Borja no tiene dudas a la hora de analizar el pasado y se declara feliz en el presente, pero cuando se le pregunta por el futuro, se ríe. «Eso ya es más difícil verlo. Me tomo este año para estar dentro del fútbol de una manera más tranquila y reflexiva, y luego ya se verá. De momento, solo puedo decir que estoy encantado con lo que hago y con la relación con la gente con la que trabajo». Admite, eso sí, que «en principio sí habrá fútbol en mi futuro, pero es algo difícil de prever». Sacarse el título de entrenador puede estar en su horizonte, «pero desde luego, este año no».