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A tumba abierta por el liderato

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

El Celta desafía al muro del Real Madrid anunciando posesión, intensidad y vértigo en ataque

24 oct 2015 . Actualizado a las 15:43 h.

El Celta afronta un partido grande y no con el papel de comparsa adjudicado de antemano. Los vigueses reciben al Real Madrid compartiendo liderato y etiqueta de equipo invicto (los dos únicos de Primera), aunque sin olvidar que en su hoja de ruta aparece como primer punto de destino la salvación. Los vigueses, igual que hicieron ante el Barça a finales de septiembre, plantearán un encuentro a tumba abierta, con la posesión y la intensidad como argumentos ante un rival, que a diferencia del vigente campeón de Liga, no necesita tener el balón en sus pies para mandar en la contienda y destrozarla a través del contragolpe.

Berizzo no se ha escondido nada en la previa. Su apuesta para medirse al líder es transparente. Repetirá el mismo once que ganó en Villarreal el domingo, lo que significa un cambio con respecto al equipo que inició la contienda ante el Barcelona (entonces jugó de cara Radoja). En esta ocasión repite el Tucu Hernández, porque la presencia del chileno nacionalizado responde al plan de partido. Porque la posesión ante el Real Madrid no será suficiente si no va acompañada de una precisión de cirujano.

Para un equipo que se descubre tanto como el Celta, cualquier balón perdido ante las gacelas blancas sería un golpe descomunal, por eso acabar las jugadas cobra más sentido que nunca. Además, el sistema de ayudas que tan asimilado tiene la tropa del Toto pierde en esta ocasión un punto de trascendencia. En defensa la contienda se escribirá, en clave celeste, en los duelos individuales por zonas. Ese entramado que tan solo conoce Berizzo y que a la mayoría de los mortales les lleva a pensar en la vieja apuesta por los marcajes al hombre.

El tercer punto del plan celeste para soñar con el triunfo atañe a su tridente. Nolito y sus secuaces se miden al cerrojo del fútbol europeo, un Real Madrid que de la mano de Keylor Navas, antes defenestrado, ahora encumbrado, solo ha encajado dos goles en toda la temporada. Los dos en Liga y a domicilio (San Mamés y el Calderón). Para superar la maraña defensiva de Benítez, Berizzo quiere precisión en el pase y acciones de vértigo que permitan a los delanteros vigueses disponer de una fracción de segundo antes de que el rival se arme.

Como recurso sorpresa, aunque cada vez menos, está Fabián Orellana, el rey del desorden. El hombre que amaga con jugar en banda y es letal por dentro como verso libre.

El Real Madrid, que llega avisado después de la goleada al Barcelona, unirá a su encumbrado once del Parque de los Príncipes a Modric, un jugador capital para todos los gurús madridistas y que ya está recuperado. El croata formará en una sala de máquinas repleta de músculo y talento al lado de Casemiro y Kroos, que ha recuperado su mejor versión. En teoría, el antídoto perfecto para el empuje de las hordas celestes. Al once blanco también se apunta Sergio Ramos, que jugó entre algodones ante el PSG, pero que ayer superó la prueba sin aparente dificultad. Aunque para el Celta la principal amenaza siempre es Cristiano Ronaldo, que le ha marcado ocho goles en cinco partidos de Liga a los vigueses. Jesé será su acompañante en ataque una vez que Benzema sigue apurando su recuperación. Una constelación de estrellas frente al ejército de la ilusión.