Una noche de fogonazos del Celta

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

Los golazos fueron lo mejor de un Celta cargado de rotaciones al que le faltó un punto de velocidad

21 oct 2016 . Actualizado a las 13:16 h.

Había tantas expectativas depositadas en el choque frente al Ajax que era difícil que todas se cumplieran. Se esperaba un partidazo y se querían goles, y al final hubo más de lo segundo que de lo primero. Concretamente, golazos. Porque ni el Celta fue capaz de exprimir todo el fútbol que tiene dentro ni los de Holanda rindieron homenaje a la historia que les precede. Quizás por un exceso de templanza y por la sensación de que los del trisquel, apretando un poco más, podrían haberse llevado el triunfo, quedó un cierto regusto amargo en la grada local. Pero esto es la Europa League y el Celta sigue más vivo que nunca. 

El once

Una apuesta arriesgada. Cuando el Celta dio a conocer el once con el que se jugaría medio pase a la siguiente ronda más de uno se frotó los ojos. El Toto rompió todas las previsiones y sacó un equipo que no parecía el más apropiado para una noche estelar. Aparcó a medio equipo titular, confió en el retornado Planas y en el central Facundo Roncaglia para los costados de la defensa y para el centro de la zaga apostó por una pareja made in La Masía. Al recuperado Tucu le metió desde el inicio junto a Radoja y a un Señé que ha pasado de pelear en Segunda B a tener potestad en el balón parado en la Europa League; y en el tridente de ataque el Toto ya rompió moldes. Contar con Guidetti y Sisto podía entrar en las quinielas, pero recuperar para el extremo derecho a un Álvaro Lemos al que en el Lugo habían reconvertido en lateral era demasiado imaginar. Ni Orellana, ni Wass, ni Rossi ni Aspas, ni Cabral... Y aun así, se empató. 

El planteamiento

Balón sí, intensidad a medias. El debate sobre la posesión quedó en un empate técnico. Aunque el Celta consiguió tener el control del partido durante la mayor parte del encuentro, la posesión se repartió a partes iguales, sobre todo por un segundo tiempo en el que el juego celeste fue languideciendo. A pesar de que los hombres de Berizzo quisieron proponer más, su fútbol echó de menos más brillantez, más claridad de ideas, más continuidad y sobre todo más ritmo. Los celestes no acabaron de meterle a su fútbol el frenesí con el que hacen daño. La versión 3.0 del Celta del Toto necesita velocidad para lastimar a sus contrarios, y ayer le faltó esa chispa, que solo surgía en forma de fogonazos. La intensidad de la que el equipo hizo gala frente al Barcelona menguó ante un Ajax con mucho más nombre que propuesta, y sin ese vértigo la magia celeste se evapora. 

Golazos

Un taconazo y un tiro letal. Lo más brillante del retorno del Ajax a Balaídos fueron los goles. Tan espectaculares como sorprendentes. Sobre todo el primero del Celta. Si en el Calderón el Tucu había asombrado al mundo con su tanto de espuela, ayer Fontás, ya fuese por maña o por suerte, hizo algo parecido. Una falta bien sacada de Lemos envió el balón hacia el área y allí apareció Andreu, que al trote, sin quitarle la vista encima a la pelota, la enganchó con el talón de su bota izquierda para batir a Onana. Una obra de arte, intencionada o no. Y no menos brillante fue el tiro que Orellana se sacó de la bota izquierda para volver a empatar el partido. Desde la derecha fue ganando metros hacia el área y ejecutó un tiro perfecto que se fue cerrando hasta acabar en el fondo de la red. Una delicia que compensaba el tanto con el que el Ajax había puesto el 1-2 con Younes avanzando por la izquierda y sacándose de la manga un remate letal en medio de dos defensas. 

La resaca

Buenas noticias. Empatar ante el Ajax, tras ir por detrás en dos ocasiones, no es una mala noticia. Sobre todo, después de venir de un 5-0 previo. Y haber firmado tablas con un equipo cargado de rotaciones le da valor a la igualada. Porque en dos días el Deportivo visita Balaídos y el Toto tendrá frescos a buena parte de los jugadores más resolutivos del equipo. Pero incluso en clave europea, el resultado frente a los de Ámsterdam cobró valor con el empate del Panathinaikós. El Celta es segundo de grupo y sus opciones de avanzar ganan enteros. Aun sin ser la apuesta del banquillo.