Aquel 15 de noviembre del 2006

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

M. MORALEJO

Iago Aspas podría debutar con la selección el día en el que se cumplen diez años de su primer entrenamiento con el primer equipo

17 nov 2016 . Actualizado a las 11:42 h.

Si hoy se produce el debut de Aspas se dará una coincidencia curiosa. Será justo diez años después de que el moañés, entonces jugador del filial celeste, fuera reclamado por primera vez para entrenar con el primer equipo. Su debut se haría esperar dos temporadas más, pero era un paso más que en camino de un futbolista que, como él mismo señalaba tras ser citado por Lotepegui, lo ha aprendido todo en el Celta.

Fernando Vázquez era el técnico de aquel conjunto celeste 2005/2006, mientras que Rafa Sáez dirigía al B. «Nos hace una ilusión enorme sentirnos útiles», señalaba el actual técnico del Coruxo en relación a la llamada de Aspas junto con Dani Abalo y Daniel Martino, los tres canteranos que daban aquel paso hace un decenio. Y hablaba de Iago: «Es zurdo y puede jugar en banda izquierda, pero donde más rendimiento se le saca es en la media punta. Está muy bien dotado a todos los niveles: habilidad con el balón, disparo o lanzamiento de falta. Está muy ilusionado con la posibilidad de jugar». Finalmente esa opción no llegó en el partido contra el Deportivo que preparaban esos días.

Con diez jugadores del primer equipo disponibles debido a una plaga de lesiones, Vázquez tiraba de la cantera. Curiosamente, Iago coincidía en aquella sesión con su hermano Jonathan Aspas, que vivía su última temporada en el equipo. Para el tercero de los Aspas casi todo comenzaba. Era su primera temporada en el filial, donde estaba siendo la revelación del equipo. Le colocaban habitualmente como interior izquierdo, aunque también como segundo delantero, donde aseguraba sentirse más cómodo.

«Nos han tratado muy bien. Para mí ha sido ilusionante verme entrenando con mi hermano», valoraba Iago tras aquella sesión. «No te asusta, pero siempre te da algo de impresión verte al lado de jugadores de tanta calidad. Luego en el campo te olvidas y sabes lo que tienes que hacer», añadía. Algo parecido podría decir a día de hoy, diez años después, convertido en emblema de un Celta en el que aquel chaval de 19 años que empezaba a hacerse un hueco en el club de su vida ha llegado a ser internacional.