Krasnodar, en la lista sin fin de Suso

M. V. F. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Socio de 55 años, Sánchez pertenece a un grupo de amigos que acompañó al anterior EuroCelta y repite ahora

16 mar 2017 . Actualizado a las 16:37 h.

Suso Sánchez estará en Krasnodar. Como estuvo en Liverpool en 1998, en Lens en el 2001 o en Lieja tanto en el 2006 como este mismo año. Son solo algunos ejemplos de una lista sin fin. Porque acompañado por un grupo de amigos fieles del Celta, este aficionado solo se pierde los compromisos del equipo vigués por causa de fuerza mayor. Tiene mil anécdotas y aventuras y esta semana no le cabe duda de que desde hoy engordará la lista.

«El fin de estos viajes está claro que es el fútbol, pero aprovechas para muchas otras cosas», dice. Desde conocer el lugar que depare el sorteo -tanto sus principales enclaves par visitar como su cultura- hasta convivir con más aficionados, periodistas e incluso jugadores con los que se crea un clima especial. Pasando por reír o llorar juntos según lo que suceda sobre el terreno de juego. «Probablemente el mejor recuerdo tenga sea el de Liverpool. Muy pocos equipos ganaban allí y fue increíble conseguirlo», señala para luego añadir que cada eliminatoria vivida fuera de casa ha sido especial. Incluida la más reciente. «Llegar al final del partido, marcar de penalti y acabar clasificándote fue fantástico», cuenta. Porque tampoco faltó al duelo a domicilio frente al Shakhtar.

Admite que hay escenarios a priori menos apetecibles. «El caso de Ucrania, como otras zonas de guerra, es un lugar al que nunca irías de vacaciones con tu familia», reconoce. Pero recalca que «si buscas problemas, los encuentras en cualquier lugar». E incluso si no los buscas. «En Marsella estábamos tranquilamente tomando algo y nos vinieron a tirar botellas. También en Járkov tuvimos un pequeño susto». Pero nada que le quitara las ganas de seguir acompañando al equipo.

En estos viajes ha vivido anécdotas como el pinchazo del autobús que les llevaba al estadio en Pitesti -«recuerdo la pobreza de Rumanía, los niños en la calle y que contratamos a un taxista para nosotros todo el día por 1.000 pesetas»- o cuando en Salónica cruzaron por el medio del terreno de juego escoltados por la policía para dirigirse a su grada.

Solo falla por causa de fuerza mayor -una intervención a su mujer y trabajo- y asegura que el dinero no ha sido problema porque ha «hecho peto» durante muchos años. «Ahorré pensando que volveríamos y yo estaría allí». Así ha sido.