Al año de la afouteza del Celta le falló el final

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Los 15 puntos de retroceso en Liga, el lunar a un curso de 60 partidos con dos semifinales

23 may 2017 . Actualizado a las 18:12 h.

La campaña que el domingo finalizó oficialmente para el Celta pasará a la historia como la más ilusionante, con las dos semifinales, pero también la del retroceso en Liga (15 puntos menos que el curso pasado) y una recta final que afeó el expediente. Aunque lo peor de una temporada para enmarcar fue el adiós de Eduardo Berizzo, el gran protagonista de un curso en donde el mundo conoció el significado de afouteza. 

¿Cuál es el balance de la temporada?

El Celta del año balompédico que toca a su fin estuvo fantástico en los torneos eliminatorios. Llegó a semifinales en la Copa del Rey e hizo lo propio en la Europa League. En ambas se quedó a las puertas de las finales que se disputan a lo largo de esta semana (miércoles y sábado) y por lo tanto sin la posibilidad de plaza europea para el próximo curso. Porque la Liga ha sido la otra cara de la moneda. Con respecto a la temporada anterior los vigueses sacaron 15 puntos menos (retrocediendo siete puestos). Fueron el equipo que más puntos perdió con respecto al curso anterior, en donde habían sido capaces de llegar a la cuota de los 60 puntos. Es la primera temporada menguante en Liga del equipo desde el regreso a Primera. 

¿Cómo ha sido la gestión de la plantilla?

Impecable a la vista del desarrollo. Porque el plantel llegó con gasolina a la última jornada en un año en donde ha disputado 60 partidos. Pese a la política de rotaciones implantada por Berizzo, un jugador superó el umbral de los 4.000 minutos. Fue Radoja, que rebasó esa cifra en tres. A lo largo de todo el curso el cuadro vigués utilizó a 26 jugadores, nueve de ellos con su cuota particular por encima de los 3.000 minutos. Tanto reparto también ha posibilitado que el Celta fuese el equipo con más goleadores del campeonato: 21. No obstante, la gran producción goleadora fue la de Iago Aspas (26 goles, 19 Liga, dos en Copa y cinco en Europa League). 

¿Qué lectura deja la campaña?

Que la diferencia entre el presunto once titular y el plan B era muy grande. En la recta final del campeonato los menos habituales solo fueron capaces de ganar en Granada, con un único empate (ante la Real Sociedad) en los últimos siete partidos. La secuencia dejó en evidencia que el Celta necesitaba un paso adelante para poder aumentar su ambición. Algo parecido pasó en el tramo inicial de la Europa League.

¿Cuáles fueron los momentos del año?

Eliminar al Real Madrid y al Shakhtar en los dos torneos eliminatorios y la victoria sobre el Barcelona (tercera en tres temporadas en Liga), aunque para la historia quedará sobre todo el acceso a las semifinales de la Europa League en Genk y la posterior eliminatoria con el Manchester que pasa a los anales como el mayor éxodo del celtismo.

¿Por qué continúa bajando la afluencia a Balaídos?

Solo en tres ocasiones en los 30 partidos disputados en Balaídos, el recinto vigués registró una afluencia superior al número de abonados, en las dos citas con el Real Madrid (Liga y Copa) y en la ida de semifinales de la Europa League con el Manchester, en donde se alcanzó el tope del año con 26.202 espectadores. En la mayoría de los partidos no se llegó a la frontera de los 20.000. El dato no es novedosos, sino que confirma una tendencia de los últimos tres años. El curso pasado, por ejemplo, la asistencia ya había bajado un 5 %. Lo de esta temporada llama más la atención teniendo en cuenta el atractivo de Europa y que el Celta jugó en casa todos los partidos posibles en una campaña: 30. 

¿Cuáles fueron las claves?

Por lo positivo, mantener una propuesta de fútbol definida basada en el atrevimiento y en el juego con balón, buscando siempre la portería contraria. En lo negativo, la sangría de goles en contra, que han llevado a los vigueses a encajar 69 dinas, el quinto equipo más goleado de toda la competición liguera con una media de 1,8 por partido. Esa rémora tuvo como consecuencia acumular diecinueve derrotas en Liga, una cifra muy por encima de la media del Celta en los últimos tiempos.