El rendimiento del céltico con la Roja se explica desde el sistema y los galones
23 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cada vez que la selección chilena pisa el césped, en su centro del campos se encuentra Marcelo Díaz. Salvo lesión o rotaciones masivas, el futbolista del Celta es indiscutible en los planes de la Roja sudamericana. Él es el hombre sobre el que pivota el fútbol y nadie discute sus galones. En la selección campeona de América tiene una trascendencia que no ha sido capaz de igualar vestido de celeste. ¿Por qué? Periodistas chilenos tienen las claves.
el protagonismo
Adaptado como un guante
Esquema y galones. Esos son dos de los elementos a los que apunta Enzo Garrido, del diario El Mercurio, cuando analiza por qué el rendimiento de Marcelo en la selección es muy superior al que tiene en el Celta. «De alguna manera creo que el esquema no se le ha acomodado como en la selección, es un tipo que, si bien su trabajo pasa desapercibido, dentro de la cancha con sus compañeros tiene mucho protagonismo por ser el jugador clave, el encargado de los tiempos y de la salida de balón». Sin embargo, en el Celta Berizzo acabó confiando más en gente como el también internacional Tucu Hernández o en Wass para realizar algunas de esas funciones. Y como pivote defensivo, la aportación de Radoja acabó siendo muy superior. «Va por un tema de conocimiento, de camarín, de años jugando y de la manera de interpretar el juego que, primero Borghi, luego Sampaoli y ahora Pizzi le imprimen al equipo», entiende Diego Sáez, de ADN Radio.
conocimiento
Juega de memoria en Chile
Durante sus tiempos en la Universidad de Chile Marcelo Díaz conectó muy bien con Charles Aránguiz, un futbolista con el que se reencontró en la selección y con el que juega de memoria en el centro del campo de la Roja sudamericana. «La combinación que tiene y el conocimiento que tiene con Aránguiz y con Vidal, titulares también indiscutibles, es enorme. Aquí rinde porque interpreta de la mejor manera primero el fútbol de Jorge Sampaoli y luego el de Juan Antonio Pizzi. Él ya está tan involucrado en la mecánica del juego y en el desarrollo del fútbol de la selección chilena que cuando no está, se nota», subraya Sáez, que insiste en las cualidades del céltico para mover el balón.
su papel
Pasado defensivo y buen pie
Marcelo Díaz comenzó como lateral derecho, luego se reconvirtió en atacante diestro y más tarde se recicló para el puesto que ahora desempeña. «A sus tareas defensivas también les ha sacado partido con la selección. Uno de los encuentros en los que mejor respondió fue en la final de la Copa América 2015 que se jugó en Santiago, donde Sampaoli sorprendió y lo bajó como defensa central para jugar contra tipos como Higuaín», recuerda Garrido. Sin embargo, lo que le reivindica en la selección es su «buen pie. Uno de los sellos de Chile es la posesión de balón, no rifar balones largos, y aquí Marcelo Díaz cumple», insiste Enzo Garrido.
La figura de Sampaoli marca el rendimiento del chileno
Si un entrenador ha marcado la carrera de Marcelo Díaz ese es Jorge Sampaoli, actual seleccionador argentino. Él fue el hombre que le dio carta blanca en la Universidad de Chile y el que le convirtió en titular indiscutible en la selección por su calidad, pero sobre todo porque el Chelo ya tenía adquiridos todos los mecanismos que el entrenador importó cuando llegó a la Roja.
«La importancia de Díaz nace cuando el jugador se transforma en titular indiscutible en la Universidad de Chile con Sampaoli», asegura Diego Sáez. En aquel equipo el Chelo era el encargado de iniciar el juego, retrocedía a la línea defensiva y daba salida al balón. Su aportación al juego llamó la atención del entonces seleccionador Burghi, que le citó y le dio oportunidades, pero fue cuando Sampaoli tomó posesión de la Roja cuando el jugador del Celta se hizo con el protagonismo.
«Aunque con Claudio Burghi ya había tenido oportunidades, todo se da básicamente con la llegada de Sampaoli a la selección. Con él Marcelo Díaz se consolidó básicamente porque repitió el mismo sistema de juego que había explotado en la U», analiza Enzo Garrido. Para el Chelo jugar con el combinado nacional era como hacerlo con su equipo, y de hecho el encontrarse en la selección con un buen puñado de sus antiguos compañeros en la U acabó por facilitarle más la labor. Fue el perfecto caldo de cultivo para que el Chelo rindiese al máximo nivel, justo lo que se le ha atragantado en Vigo.
En el Celta Marcelo se encontró con nuevos compañeros con los que no tenía mecanizados los movimientos, con matices en el sistema de juego y con obligaciones ligeramente diferentes a las que le proponen en Chile.