El nuevo Celta modifica el discurso

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

MARCOS CANOSA

La defensa en zona y sacar el balón jugado son las instrucciones en las que insiste Unzué

14 jul 2017 . Actualizado a las 09:34 h.

La primera semana de entrenamientos ha servido para corroborar que el Celta de Unzué será considerablemente diferente al de Eduardo Berizzo. El fútbol de presión intensa, derroche físico y marcajes al hombre dejará paso a un balompié más estilista, con una defensa zonal y una querencia absoluta por la posesión de pelota. Esos dos elementos son los que el nuevo entrenador intenta inculcar a sus hombres desde el primer momento, como desgrana Hugo Mallo, uno de los capitanes.

la defensa

Trabajo en zona, adiós a los marcajes. Una de las señas de identidad del Celta de la etapa de Berizzo era la defensa con marcajes al hombre. Una apuesta extremadamente exigente que le deparaba buenos resultados, pero cuyo riesgo en cada pérdida de balón era muy alto. Unzué, de la escuela de Luis Enrique, cambia de tercio y se pasa al trabajo zonal. «El año pasado defendíamos con marcajes al hombre y estamos cambiando eso, es difícil porque al final llevamos tres años y el equipo está acostumbrado a ese sistema, pero poco a poco», detalla Hugo Mallo. El nuevo planteamiento cambiará la forma de afrontar los partidos de los zagueros, pero también del resto del equipo, ya que los marcajes involucraban a todos los jugadores de campo.

LAS CONSECUENCIAS

Menos kilómetros por duelo. Los marcajes individuales del Celta del pasado eran muy exigentes físicamente. Requerían perseguir a sus marcas y con ello recorrer cientos y cientos de metros en tareas defensivas. Con la propuesta de Unzué, ese desgaste debería ser menor. «Defensivamente seguro que recorro menos kilómetros, pero con el balón es cierto que nos pide bastante, así que haré kilómetros si puedo hacia arriba, pero sin olvidar que mis tareas son defensivas», ejemplifica Mallo. En ese sentido, el capitán sostiene que no es que Unzué reclame a sus zagueros más balón que Berizzo, sino que «a cada entrenador le gusta tener el balón pero con los matices de cómo tenerlo».

la salida de balón

Criterio y rasear el esférico. Uno de los aspectos en los que más está insistiendo Unzué en esta primera semana es en la salida de balón. Ya advirtió de que quiere un centro del campo más jugón y menos físico, y tanto a los centrocampistas como a los defensas les exigirá tener mimo y criterio con la pelota para lanzar las ofensivas. «Le estamos dando bastante importancia a la salida de balón porque somos un equipo que nos gusta tener la pelota», detalla Mallo. Pero la querencia por el esférico no es el único argumento que ha hecho que Unzué se decante por trabajar con ahínco ese aspecto. El Celta es una plantilla de estatura baja y tradicionalmente ha sufrido mucho en el juego aéreo. Rasear el esférico debería beneficiarle. «Somos un equipo pequeño de altura y será difícil ganarlo por arriba, por eso le damos tanta importancia a la salida de balón desde atrás», subraya el lateral derecho.

la adaptación

Pretemporada suficiente. Tras tres años inmerso en un modo de trabajo y en un sistema de juego, el vestuario céltico intenta cambiar el chip e interiorizar lo que Unzué persigue. «No cuesta mucho adaptarse, al final tenemos una pretemporada larga y esto cuesta los primeros días, pero en una semana los hábitos rápido se cogen», sostiene Hugo Mallo. «Al final, estamos ya todos acostumbrados a este tipo de defensa y no habrá problemas», añade el lateral, que ya vivió en la etapa de Luis Enrique la idea que ahora defiende Juan Carlos Unzué.

la pretemporada

Antes fuerza, ahora balón. Unzué persigue en su equipo una propuesta futbolística diferente de la del Toto y para alcanzarla también ha modificado el sistema de trabajo. Antes las pretemporadas eran de altísima carga física con el Profe Fernández insistiendo sobre todo en el aspecto de la fuerza. Ahora, Rafel Pol afina al equipo desde la pelota. «Se están llevando bastante bien las sesiones, todas las tareas son con balón, quitando algún ejercicio de fuerza. Es un cambio que tenemos del año pasado; antes se trabajaba más la fuerza, y ahora se trabaja más con el balón», especifica Mallo. El capitán admite que a nivel de plantilla este giro es de agradecer ya que es más llevadero estar el máximo de tiempo en contacto con la pelota.

Unzué ha vuelto con «más aplomo»

Para Hugo Mallo y muchos de sus compañeros estar a las órdenes de Unzué no es nuevo. Lo tuvieron como segundo entrenador cuando Luis Enrique tomó el mando del equipo vigués, aunque ahora, como detecta el lateral de Marín, el técnico pamplonés tiene más aplomo.

«Ahora viene como primer entrenador. Ya en su día con Luis Enrique tenía una función bastante importante, se podría decir que eran los dos, y este año lo mismo puedo decir de Róber [Moreno]. Están los dos. Quizás veo al míster con mucho más aplomo. Al final, viene de un equipo como es el Barcelona y eso se nota en el día a día, en las tareas que hacemos en el campo y sobre todo en el aplomo, cómo explica los ejercicios y te corrige».

Ese trabajo personalizado, muy meticuloso, ya era uno de los elementos que definía la etapa de Lucho. «Cada entrenador tiene su método, pero al final intentaremos aprovechar muchas cosas que nos quedan de Berizzo, igual que Berizzo se aprovechó de cosas que había dejado Luis Enrique, más cosas nuevas que el míster está intentando meter desde el inicio», destaca Mallo.