La libreta flexible de Unzué

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vazquez

El Celta pone en práctica tres dibujos diferentes propiciados por la versatilidad de muchos jugadores

23 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Unzué ha demostrado desde el primer día que el 4-3-3 no es innegociable. El navarro descubrió en su estreno liguero con el Celta que maneja tres sistemas. El clásico para atacar, el 4-4-2 para la fase defensiva y el 4-1-4-1 para los minutos finales, aunque la teórico contención no surtió efecto. El curso pasado, en la reserva por antonomasia del 4-3-3 en Barcelona, ya le dio un giro con el 3-4-3 como auxiliar de Luis Enrique, que también utilizó para defenderse el 4-4-2. «El rival te espera para un sistema y si le varías durante el partido puede ser bueno para nosotros porque le costará adaptarse. No es habitual pero nos vendrá bien», razonó ayer Hugo Mallo, defendiendo unas alternativas que se llevan trabajando en el laboratorio celeste desde el inicio de pretemporada. 

1-4-3-3

La idea primaria para el ataque

Con diferentes connotaciones es la bandera del Celta y de Unzué. Berizzo utilizaba el curso pasado el 4-2-1-3 como variante, y con la llegada del navarro los vigueses inician con un 4-3-3 definido, aunque con un medio campo en donde Radoja es el único pivote defensivo y Wass y Jozabed ocupan la posición de interiores. Con el sevillano con más libertad de movimientos. Este dibujo lleva a Iago Aspas a la banda derecha, pero con libertad. 

1-4-4-2

La polivalencia de jugadores como Wass permite la readaptación

A la hora de defender el Celta se muestra como un equipo camaleónico, con jugadores que cambian por completo su rol, como es el caso de Daniel Wass, que se ocupa de tapar la banda derecha, con Pione Sisto cerrando la izquierda y Jozabed colocándose a la par de Radoja. Iago Aspas, con tendencia natural a viajar al centro del ataque se agrupa con Maxi Gómez. El cuarteto defensivo es el único que no sufre alteración posicional.

«Se puede hacer por el tipo de jugadores que tenemos, lo que nos da pie a hacer cambios tácticos en función del trabajo y las características de cada jugador. Lo llevamos trabajando desde el inicio de la pretemporada. Creo que está bien aprovechado», comentó el capitán celeste. 

1-4-1-4-1

Una solución de última hora en función del partido

Fue la alternativa en la recta final ante la Real Sociedad, aunque no surtió efecto porque los donostiarras le dieron la vuelta al marcador. Radoja se quedó como ancla por delante de la defensa, con Hernández y Lobotka jugando por delante, mientras Iago Aspas era el único atacante nato. «En 90 minutos el partido te va pidiendo cosas», resume Hugo Mallo.