















El centrocampista, muy emocionado, se despidió del club tras fichar por el Lyon
05 sep 2017 . Actualizado a las 09:09 h.Llegó sereno y sonriente pero al poco de tomar la palabra en la sala de prensa de Balaídos ya tuvo que interrumpir su pequeño discurso. Estaba sobrepasado por la emoción. Pape Cheikh era consciente de que ponía punto y fina a cuatro años en Vigo y en un Celta «que lo significa todo para mí porque me ha dado vida». El centrocampista senegalés pone rumbo al Olympique de Lyon con sueños de ida y vuelta. «El Celta es mi casa y ojalá algún día pueda retirarme aquí».
Con un físico especial para el fútbol, calidad en las botas y generando grandes expectativas, Pape se plantó en A Madroa en el 2013. Llegaba procedente del Montañeros con la etiqueta de promesa colgando de la solapa. En cuatro temporadas le dio tiempo a sorprender en la base, a hacerse imprescindible en el filial e incluso a derribar la puerta de Primera División e integrarse en el primer equipo de forma inesperada. Aunque su estreno en la élite había sido el año anterior, de la mano de Berizzo probó el curso pasado las mieles de la élite jugando cerca de una veintena de partidos, aunque sin llegar a tener una continuidad clara. Fue en el tramo final de la Liga, con el Celta centrado en Europa, cuando más oportunidades se le presentaron, pero en un equipo de reservas, estaba muy difícil brillar.
En Francia se preguntan estos días qué tiene Pape para que el Olympique se haya rascado el bolsillo y haya desembolsado 14 millones de euros (cuatro de ellos en variables) por un centrocampista de 20 años. La respuesta está en un mercado revolucionado y en un futbolista que promete mucho. Por algo el Tottenham, y especialmente su entrenador, Mauricio Pochetino, intentaron por todos los medios llevarse al jugador. Pero su oferta no satisfizo a los directivos de Praza de España, mientras que la del Olympique, difícil de mejorar, sí.
Dice Pape que cuando llegó a Vigo soñaba con el fútbol y tenía muchas ilusiones que ha visto cumplidas. «Me he sentido como en casa. Me han cuidado mucho, se han preocupado por mí y he estado muy protegido», añadiendo una larga lista de agradecimientos. En su memoria quedan su debut en Primera frente al Espanyol o su estreno goleador frente al Granada. Pero también una afición que desde el minuto uno le transmitió su cariño y unos compañeros de los que le costó despedirse.
Pero el fútbol son etapas y Cheikh afronta una nueva en Francia. ¿Qué le llevó a aceptar la propuesta del Lyon? Pues que cree que es una «muy buena oportunidad para seguir creciendo como futbolista» y aspira a seguir cultivando el sueño que forjó de niño. Quiere seguir creciendo. Entiende que el cambio de aires no va a tener una exigencia mayor en cuanto a su rendimiento y que la clave estará en continuar siendo el mismo y en seguir avanzando como futbolista, lo que ha hecho en Vigo durante los últimos cuatro años. «Me llevo este club y esta ciudad en mi corazón. Seguiré al Celta desde Lyon como un celtista más». Un celtista que ayer por la mañana sacó su abono de temporada.