Cuando el celtismo es imborrable también en el cuerpo

GRADA DE RÍO

Aficionados con tatuajes relacionados con el Celta los muestran y explican por qué se los hicieron

11 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Llevar su equipo en la piel es quizás más frecuente en el celtismo de lo que pudiera parecer. A raíz de la publicación de Celtismo de por vida en el corazón y en la piel en Grada de Río hace unas semanas, muchos más celtistas hicieron llegar fotos de sus tatuajes. A veces con el escudo, otras con palabras significativas del equipo y otras veces con el celtismo bañado con la pasión por Galicia. Estos son algunos de ellos:

Abraham Sánchez: «Me tatué porque es algo que en la vida me va a dejar de gustar»

En el verano del 2011, tras el play-off de Granada, fue el momento elegido por Abraham Sánchez para entrar a formar parte de la lista de celtistas tatuados con motivos alusivos al club. Él optó por el escudo y el momento -después de un duro golpe- demuestra su razonamiento: «Ser del Celta es algo que nunca me dejará de gustar, y ese sentimiento tiene que estar presente el resto de mi vida».

Su afición comenzó con las entradas que regalaban en el colegio cuando era niño. «Pero nunca para los partidos contra Real Madrid, Barcelona o Deportivo», recuerda. En una ocasión su tío quiso llevarle a uno de esos encuentros, pero desistió porque el precio le parecía desorbitado tratándose de un crío. «Protestó y logró que Horacio Gómez me regalara un carné para toda la temporada. Era el niño más feliz». Y aquella temporada era la primera de muchas. Las últimas de ellas, con el celtismo en la piel.

David García: «Soy de Alicante y llevo el escudo del Celta en las costillas desde hace siete años» 

Dice uno de los responsables de la peña Cétlicos do Sudeste que que alguien de Vigo se haga un tatuaje del Celta es «lo normal». «Soy de Alicante y llevo el escudo del Celta en las costillas desde hace siete años. Y aparte las palabras 'afouteza e corazón'. ¡Lo mío sí que es raro!», proclama orgulloso.

Lo hizo tras un partido contra el Alavés, aquel mítico de Liga en Segunda en el que dos goles de Aspas espantaron los fantasmas de un posible descenso a Segunda B. «Aquel partido casi nos condena a Segunda B», dice.Sus amigos le dijeron que «eso sí es pasión por un club» y la familia tampoco se opuso. «Saben lo que siento por el Celta desde la infancia. Me aficioné gracias a Horacio Moyano», recuerda. Hasta hoy y con el Celta siempre encima.

Marta Vigo: «Significa llevar conmigo un sentimiento que, pase lo que pase, seguirá ahí»

Marta Vigo, 23 años, solo lleva al Celta consigo de manera permanente y visible desde hace unos meses. «Siempre tuve claro que quería algo relacionado con el Celta, por todo lo que me dio», dice esta joven celtista cuyos tatuajes representan aspectos fundamentales en su vida -lleva, por ejemplo, el nombre de su madre, Elisa, fallecida-. «Me hice el triskel por su significado: esa simbología mágica, de equilibrio de mente, alma y cuerpo. Me parecía el símbolo más adecuado para llevar las palabras de Afouteza e corazón», desgrana.

La afición le viene de familia, de su padre y su abuelo, y presume de haber vivido al pie del cañón los años de Segunda. «Es un sentimiento que, pasen los años que pasen, seguirá ahí. Supongo que entre otras muchas cosas, significa llevarlo conmigo esté donde esté. Supone algo importante, imborrable, que llevaré y sentiré toda mi vida», agrega. No descarta hacerse más. «No sé todavía cuándo, ya que estas cosas hay que pensarlas muy bien, y probablemente que signifique algo más. Quién sabe qué nos puede regalar el Celta en estos años...», deja caer.

Martha Mariño: «Me tatué la firma de Iago para tener algo suyo»

El celtismo de Martha nace el 28 de enero del 2010. «Mi pareja es una de las personas más futbolera que conozco. Ese día me llevó a Balaídos a ver los cuartos de copa Celta-Atletico de Madrid, él nunca se imaginó que esa noche me iba a meter en mi gran pasión», dice. Sintió que se le metía dentro el gusanillo celeste: «Fue el principio de todo», sentencia. Y eso desembocó en sus tatuajes, el primero de Aspas cuando se fue al Liverpool. Eligió la frase«you´ll never wack alone». «Nada describe mejor mi apoyo incondicional a él», relata.

El segundo también tiene al moañés como protagonista. «Es su firma. Fue al terminar la temporada pasada, la 2015-2016, simplemente me apetecía tener algo suyo. El tatuaje tiene las iniciales del Celta debajo también de su letra», cuenta orgullosa. Solo tiene un pero. «Me firmó con el 9 cuando ya sabía que Nolito se iba y él se quedaba con el 10, ¡para matarlo! Pero se le perdona todo». Aún hay más: lleva su silueta celebrando un gol y el escudo del Celta con afouteza y el trisquel. «Llevaré al Celta y Iago en la piel hasta el día que me muera», proclama.

Bixu: «As tatuaxes celtistas tíñanme que ter vido de serie»

«É algo qué a miña nai non me poido dar, tiña que haber vido de serie», dice José Carlos Rebollar, Bixu, cuando habla de sus tatuajes celtistas. Y esa frase no deja lugar a dudas tampoco sobre lo claro que tenía que quería llevar al Celta de manera permanente en su cuerpo. «Tiña claro que quería tatuarme e tamén que non quería o típico escudo coa cruz», señala. Guardés y miembro de la Peña Celtista do Baixo Miño, su origen le influyó. «Pensei no mundo celta ou castrexo, que teño moi presente dada a riqueza da miña vila e por outro lado penso que que mellor que o escudo da fundación».

Gran amante de los tatuajes, con el Celta le pasa exactamente lo mismo. Y lo ve como algo completamente natural. «Gústame o fútbol, e a ver de que equipo ía ser entón se non do Celta», comenta. Presume de que cuando sus amigos piensan en él «teñen ao Celta na mente inconscientemente». «Morren de envexa cando ven que podo disfrutar e sentir o meu equipo non sendo dun dos poderosos e rematan vindo todos a Balaídos». 

Borja Camilo: «No esperé a los 18 para tatuarme al Celta»

Borja Camilo no espero a los 18 para grabarse al Celta en la piel. «Fue el primero que me hice porque tenía claro que debía ser así. Parte de la familia no lo aprobaba, pero mis padres dieron el consentimiento», agradece. Fue hace cuatro años, a los 16, pero el celtismo le venía de mucho antes. «Soy madrileño, pero mi padre tuvo una pareja aquí que era de Vilaxoán, me trató como un hijo y entre otros valores me inculcó el celtismo», agradece. Su «segundo padre» le compraba camisetas y le llevaba a ver partidos, entre ellos la final de Zaragoza con «tres o cuatro años». Ya no había vuelta atrás con su afición por el equipo. «Me encanta ser el raro» de sus amigos», dice.

Aparte de su tatuaje celeste -el escudo- tiene dos que aparentemente no guardan relación con su pasión por el equipo vigués, pero que en realidad sí tienen ese vínculo. «Llego un rosario, un brazalete maorí y un par de frases en inglés y alemán. Son ‘Echte Liebe’ (amor eterno) y ‘Only God can judge me’ (solo Dios me puede juzgar), están situados uno arriba y otro debajo del escudo del Celta aposta, identificando lo que siento por este equipo y por la cantidad de personas que te juzgan no ser del Madrid o del Barça». Próximamente quiere tatuarse el trisquel con «afouteza e corazón» en la parte de detrás del brazo donde ya luce el escudo.

Juan Vidal: «Levar o escudo representa para min un sentimento, unha forma de vida»

Dos tatuajes, y los dos alusivos al Celta. Esa es la realidad en la piel de Juan Vidal, para quien aquello que lleva en su piel tiene un significado esepcia. «Non o veño como un simple escudo e unhas letras, senón que ten un significado familiar moi grande», indica. Sabe que hay quien lo puede ver como «un escudo facendo referencia a unha empresa», pero para él «reflexa unha época da vida, unión, familiar, un sentimento, unha forma de vida».

Su primer tatuaje, el escudo, se lo hizo en el verano del 2013 como promesa por la permanencia del 4 % de esa temporada, pero aparte tiene «un significado de familia moi grande por motivos persoais». «Sempre tiven claro que que tiña que ter ese debuxo gravado na miña pel toda a vida», añade, por mucho que a su alrededor haya «variedade de opinión» al respecto. Este mismo año se tatuó por segunda vez, en este caso un diseño en el que tiene cabida el Celta, pero también «un sentimento moi grande cara Galiza e a súa historia. Un sentimento de orgullo cara a nosa terra e as nosas costumes que nunca debemos esquecer», finaliza.

Ricardo Conde: «Combino el Celta con una foto de mi hijo con un fondo de la ría de Vigo»

El tatuaje de Ricardo es un montaje en el que conviven varios aspectos fundamentales para él. «Combina una foto de mi hijo con un fondo de la ría de Vigo con el puente de Rande. Decidí hacérmelo por qué somos tres generaciones del Celta: mi padre, mi hijo y yo, socios los tres», explica. Y añade con orgullo que su padre, actualmente enfermo y al que también homenajea de este modo, fue redero del Celta.

«Somos celtistas de toda la vida. A mí me llevaba de pequeño y yo, a mi hijo, desde los 3 años. De hecho también tengo el escudo tatuado en el corazón", confiesa. Lo que se ve en la foto, dice, es «solo el principio del tatoo», pues pienso continuarlo por el resto del brazo pero ya con cosas familiares.

Fernando Aranda: «É un orgullo levar algo así no meu corpo»

Fernando Aranda llevaba tiempo pensando en hacerse un tatuaje relacionado con su club cuando dio el paso. «Unha vez decidido que sería un «Celta» só me faltaba levarlle a idea o tatuador, trisquel e escudo no casco máis afouteza e corazón acompañando», detalla. Y esa idea se llevó a la práctica en uno de sus brazos. «Plasmouse unha semana antes do partido contra o Valladolid que estábamos en Segunda se o perdíamos. Pero facíao por amor, e cando amas algo non hai condicións», razona.

Ahora piensa en hacerse a Gudelj y Aspas juntos. «Aínda teño que maduralo pero para min é un orgullo levar algo así no corpo», dice sobre el tatuaje que ya luce. Celtista desde muy pequeño -«o que era o meu mellor amigo ía ao fútbol cos pais e ás veces levábanme con eles», ahora le transmite lo mismo a su pequeño. «Incúlcolle o sentimento ao meu fillo, que con tres aniños xa leva de socio dous».

@dafjoma

José Manuel: «Llevo el Celta y la ría porque son parte fundamental de mí y los veo dos semanas al año»

Cada vez que le entra morriña, mira a su propio cuerpo. En él lleva grabados desde hace unas semanas al Celta y a la ría de Vigo. «Son parte fundamental en mi vida y por desgracia, al tener que vivir en Madrid por trabajo, los veo dos semanas al año», lamenta, José Manuel, @dafjoma en Twitter. El mérito de su diseño se lo concede a la tatuadora María Lavia. «Los amigos fliparon con los detalles de la gaviota, los reflejos del agua, las Cíes de fondo», confiesa con orgullo. Uno de ellos incluso planea emularle.

«Llevar al celta tatuado para mí significa estar allí, llevar al club y al equipo que son mi mayor pasión allá donde voy, y que esa espinita que tienes clavada por no poder ir a Balíidos cada partido pues duela un poco menos», continúa. Su afición empezó desde pequeñito, ya con 5 años le llevaban a ver al Celta. «Tengo otros tatuajes de temas más íntimos y familiares. Cuando ganemos algún título me haré algo conmemorativo en ese sentido seguro».