Aunque desde hace tiempo el Celta se ha quitado de encima la etiqueta de vendedor y cada vez el esfuerzo económico es mayor para retener a sus jugadores más valiosos, lo cierto es que el cuadro vigués solo ha dejado de vender en cuatro de los doce años que Carlos Mouriño lleva al frente de la entidad.
Sucedió en su primer curso al frente del club, en la temporada 2006/07 y volvió a repetirse en dos de las temporadas en Segunda, concretamente en el curso 08/09 (pese a las 19 bajas y las 18 altas realizadas, todas a coste cero) y en el curso 10/11, en el año postconcursal en el que se pagó por primera vez por un jugador: 400.000 euros por David Rodríguez. El último ejercicio en donde no se produjo ninguna venta fue en el 12/13, con 10 bajas y un gasto de más de cinco millones en adquisiciones.
En estos 86,2 millones por ventas no están incluidos los derechos de formación recibidos por excanteros (Rodrigo Moreno, por ejemplo).