La involución se apodera del Celta

X.R. Castro X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

La falta de juego, la pérdida de tensión competitiva y el amago de desconexión con la grada amenazan a un equipo que empeora los números del curso pasado

20 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta está en un claro proceso de involución. Su fútbol mengua en cada jornada, la estadística ya coloca al elenco por debajo del de Berizzo del curso pasado, Unzué mantiene la idea del juego combinativo cuando el equipo es más letal a la contra, y las diferencias con la grada aumentan a cada jornada que pasa. Por encima, la ausencia de un jugador capital como Wass y la falta de acierto desde hace un mes de Iago Aspas y Maxi Gómez están pesando como una losa al equipo.

FÚTBOL

Un problema de juego

Más allá de los puntos aparecen las sensaciones, y las que emite el Celta no son nada buenas, especialmente en el último mes y medio. El partido ante el Espanyol, aunque acabó en tablas, fue el último en donde el equipo demostró su juego y su superioridad. Las victorias ante el Eibar y Las Palmas fueron conseguidas con más pegada que juego y las cuatro derrotas consecutivas a domicilio con un solo gol a favor indican la fragilidad del Celta lejos de Balaídos.

CLASIFICACIÓN

Dos puntos por debajo del último Celta de Berizzo

Hace un año el Celta estaba enfrascado en la batalla de Europa y acababa de despedir la Copa del Rey en semifinales, pero aun así, en la última campaña de Berizzo el equipo tenía a estas alturas de campeonato 41 puntos, dos más que en la actualidad, cuando los de Unzué solo tienen que atender a un frente. Con respecto a la primera vuelta solo suman tres puntos más en el mismo tramo.

LA IDEA

Incidir en el balón cuando el equipo es letal al contragolpe

Unzué matizó el sistema hacia un 4-4-2 para buscarle el mejor acomodo a Iago Aspas, pero no muestra la misma cintura con su idea de juego y el fútbol del Celta se ha vuelto de lo más previsible. Persiste en la premisa de coleccionar decenas de pases cuando el Celta ha demostrado ser un equipo letal a la contra. En el soporífero partido del domingo ante el Málaga, cuando se puso a correr estuvo muy cerca del triunfo. Combinando desde la defensa no hizo daño alguno al rival.

EL MENSAJE

Un discurso que no levanta pasiones ni exigencias

Unzué es un técnico metódico que lo analiza todo al detalle con su cuerpo técnico, pero adolece de la personalidad arrolladora de su predecesor. Quizás por eso su mensaje, sin alteraciones, no termina de calar en el celtismo y falta por saber si en el vestuario obró el mismo efecto. El navarro nunca se ha planteado Europa como una exigencia, igual que el club, que basa su reto inicial en estar entre los diez primeros. El único que ha proclamado su ambición abiertamente fue Iago Aspas, que no dudó en tildar de fracaso la temporada si el equipo no regresa al fútbol continental. Entrar en la Europa League no era una exigencia de inicio, pero da la impresión que el Celta puede dilapidar un escenario propicio para conseguirlo.

HÁNDICAP

Pérdida de tensión competitiva

Aunque la temporada no ha escrito su último capítulo, el equipo no mantiene su intensidad característica. Le falta ritmo y voracidad, algo que le sobraba con Berizzo, de ahí que las diferencias parezcan todavía mayores. Unzué dijo que el equipo solo se dejó llevar en la recta final del Wanda, pero la idea general es que el plantel ya bajó los brazos en más de una ocasión.

AMBIENTE

Un punto enrarecido y que amenaza desconexión

La comunión de todos los estamentos del club vivió su punto más álgido el curso pasado con motivo de las semifinales de la Europa League pero ya se venía alimentando desde muy atrás. Ahora sucede al revés. El proceso de involución, en lo deportivo, que vive el primer equipo parece afectar también a los diferentes estamentos. Parte de la afición mostró su disconformidad en los últimos partidos y no todos los jugadores han aceptado de igual grado la mínima crítica que ha surgido.

Nombres propios

La ausencia de Wass y la sequía de los goleadores

La figura de Wass en el Celta se agiganta incluso cuando no está. El equipo echó de menos al danés en los tres partidos que lleva fuera porque es el único jugador con recorrido para atender la banda derecha y la sala de máquinas. Sin Wass, Aspas tiene que bajar más y no está tan fresco para decidir. El Celta necesita sus goles y los de Maxi Gómez. Los dos llevan en blanco cuatro partidos. Una losa en el momento menos adecuado.