Brais Méndez tiene unas condiciones físicas, técnicas y mentales adecuadas para estar en la élite. El tiempo que estuvo en Villarreal fue un aprendizaje duro e importante para él. Poco a poco fue madurando hasta convertirse en uno de esos jugadores llamados a marcar en el Celta una época. Es un futbolista que está muy identificado con el club por el buen trato que recibió cuando regresó y creo que la madurez que está mostrando en los partidos que ha jugado es síntoma de que tiene un futuro muy prometedor.
Si en algo ha evolucionado es en la implicación en el trabajo defensivo. Cuando volvió a Vigo lo hacía con mucho concepto ofensivo y poca mentalidad defensiva, pero poco a poco fue cogiéndola en los juveniles y en el B, y ahora se ha dado cuenta de que para jugar en la élite tiene que tener, como mínimo, la misma intensidad que los que compiten contra él. Quizás en la fuerza, en la resistencia y en la velocidad sigue siendo muy similar, pero en la intensidad con la que disputa los balones, los duelos, ha crecido. La intensidad viene dada por la capacidad que tienes para sacrificarte, y ahí Brais ha dado pasos de gigante.