Victoria o vacaciones en Balaídos

X.R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta, con retoques en el once, afronta una cita crucial ante el Sevilla para luchar por la Europa League

07 abr 2018 . Actualizado a las 14:50 h.

El último tren pasa por Balaídos en medio de la tormenta. Cuando el escenario aconsejaba paz, los nubarrones nublan el puerto de montaña que le espera al Celta para inaugurar las etapas reinas del calendario. Porque a la necesidad clasificatoria se le une el segundo descarte consecutivo de Emre Mor por reincidencia por falta de actitud y compromiso y por encima sale a relucir que Unzué firmó por una temporada con opción a otra, no por dos como club y entrenador aseguraron en la presentación de junio (aunque con vías de escape), dejando más en el aire su continuidad, que parece depender del final de Liga del equipo.

El turcodanés podría ser alternativa a la falta de Maxi Gómez por sanción como lo fue en la única ausencia del uruguayo en el estadio de Gran Canaria, pero cuando por fin había golpeado la puerta de la titularidad decidió borrarse por falta de implicación según el dictamen de Unzué. Sin él, la ecuación del once despeja una incógnita e invita a pensar en que Boyé hará de Maxi para que Iago Aspas actúe como verso libre y que Pione Sisto recupere la titularidad en la izquierda después de muchas jornadas en el banquillo.

Los tres se presentan vitales para una etapa que el Celta pretende endurecer desde la salida lanzada en plena sobremesa del sábado. Los vigueses saben que su rival puede acusar el esfuerzo, máxime en un campo que lleva soportados litros y litros de agua, y parte del plan pasa por dotar de ritmo la contienda.

Pero para lanzar a los rematadores el Celta necesita gregarios que sostengan la carrera, y ahí debe aparecer el músculo del Tucu Hernández que se perfila como principal novedad en la medular. Resulta difícil entender la suplencia del chileno de adopción en la mayoría de los partidos, pero en Bilbao volvió a demostrar que es la bóveda que equilibra el juego celeste. Además, sus centímetros se antojan fundamentales ante un rival sobrado de altura. En la retaguardia, para frenar a un rival cargado de dinamita, la principal duda aparece en la portería después de la recuperación de Rubén Blanco, que había sido el titular hasta la lesión.

Todo, con un plan que contempla acelerar desde el principio aunque el fruto se recoja al final. Para desgastar a un equipo con tanto potencial no vale con repetir la pócima de las últimas comparecencias, dejando el acelerón para los últimos 20 minutos. En parte, porque nada indica que Montella vaya a revolucionar el once con respecto al equipo que jugó el martes ante el Bayern de Múnich, sino que la formación será muy parecida, salvo las ausencias de Escudero y Muriel, comenzando por David Soria en la portería según confirmó el propio entrenador italiano, que quiso otorgarle más importancia al partido de Balaídos que al de vuelta de Champions para concienciar a sus jugadores de lo que está en juego en Vigo. A los dos les va la vida en el duelo. A los hispalenses por obligación y a los celestes por ilusión.

 «Necesitamos un partido agresivo y con ritmo»

Unzué no esconde el plan para intentar superar al Sevilla en un encuentro que reconoce como clave: «Vamos a intentar que se le haga largo el partido, independientemente de quien juegue. Tenemos que hacer un partido agresivo y con ritmo. Ojalá que así se pueda evidenciar el cansancio que acumulan muchos de sus jugadores».

No escondió el preparador navarro la importancia de la contienda de esta sobremesa: «No es último tren por números pero sí creo que es un momento clave, no solo por el hecho de conseguir los tres puntos, sino por lo que conlleva ganarle al Sevilla y ver a los rivales más cerca. Creo mucho en los estados de ánimo, y el nuestro va a ser totalmente diferente si ganamos mañana». Unzué descarta que su equipo esté en un momento de dudas en cuanto a juego y quiso poner en valor la adaptación al partido de Bilbao «ante el Athletic más presionante de toda la campaña».

Aun con la baja de Maxi, no cambiará su habitual plan de partido. «Con él tenemos la posibilidad de jugar balones largos, pero sin él ganamos en profundidad y dinamismo. Va a ser un partido de ritmo y nos vamos a encontrar a un rival que también quiere tener el balón y el control del partido y vamos a ver si somos capaces de quitárselo y hacerle daño». No confirmó si habría cambio en la portería pero sí que «Rubén está al 100 %».

No escondió que el balón parado jugará un papel esencial ante un rival de mucha envergadura y con jugadores de buen pie para sacar, pero no por ello han incidido más en ese aspecto a lo largo de esta semana. Tampoco espera cambios en el Sevilla, ni en hombres ni en su idea de juego.

Césped

Preguntado por el césped de Balaídos, el entrenador confirmó que ha aguantado toda la lluvia que ha caído y espera que no condicione la forma de jugar del equipo.