El Celta firmó un soberbio partido ante el Barcelona, pero no pudo pasar del empate
17 abr 2018 . Actualizado a las 23:45 h.¿Cómo se puede explicar que el Celta firmase un deplorable partido en Butarque y ayer tuviese contra las cuerdas al perpetuo líder de la Liga? Porque aunque el Barcelona se presentó con bajas en Balaídos, nunca el conjunto culé estuvo tan cerca de la derrota como ante un equipo de Unzué, que presionó alto, supo ir contra corriente por dos veces y que tuvo en los pies de Boyé el privilegio de convertirse en el primer equipo en derrotarle esta temporada, pero al argentino se le hizo la noche ante Ter Stegen, que fue providencial para que la tropa de Valverde saliese viva.
El partido fue una delicia de principio a fin. Si el Celta de Leganés fue un equipo monótono, previsible y sin alma, ante el Barça le sobró de todo. Tuvo presión alta, quiso el balón y supo qué hacer con él en un campo con más agua de la habitual y pese a fallar las ocasiones más claras. Cuando el partido se puso cuesta arriba remó hasta conseguir equilibrarlo.
Para comenzar, el Celta puso en duda uno de los preceptos del fútbol, que dice que el que perdona la paga. No siempre es cierto, porque ayer el Celta falló cuatro ocasiones clarísimas en un eléctrico primer tiempo, pero aprovechó la última jornada antes del descanso para empatar.
Ter Stegen fue el mejor del Barça durante el primer tiempo y eso lo dice todo. La presión alta le dio resultado y anuló la salida de balón de un líder que apostó por su segunda unidad sin Messi ni Luis Suárez en el once. El alemán le negó un gol a Maxi que solventó una contra de libro con un tiro a bocajarro y le sacó un balón de oro a Brais. El canterano, que sigue en el once, tiró al palo con el 0-0 en otra salida de libro.
Pero Jonny fue el gran protagonista del partido. Perdió un balón en la salida que supuso el primer gol de Dembélé y enmendó la plana remantando en el área pequeña un duro servicio de Maxi para dejar vivo al Celta para el segundo tiempo.
El hombre del segundo tiempo fue Iago Aspas de principio a fin. Poco importó que el Barcelona recurriese a Messi y Sergi Roberto. Tampoco que Jozabed fallase un gol cantado tras una asistencia de Aspas ni que Paulinho marcase el 1-2 en un desajuste defensivo.
Porque nada más encajar, el Celta se puso manos a la obra con el empate de la mano de Aspas, que avisó con un disparo ajustado y que a los 70 minutos dejó al Barça con uno menos al volar en una contra y ser placado por el catalán cuando estaba a punto de pisar área. El de Moaña botó esa misma falta que se perdió por centímetros. El asedio tuvo su recompensa a falta de nueve minutos con Emre Mor ya en el campo. El turcodanés centró el esférico y Aspas tocó el balón rebotado por el portero alemán del Barça. Primero con la barriga y después con la mano.
El 2-2 no satisfizo a un Celta hambriento y necesitado del triunfo. Por eso insistió, dejando al Barça de Messi sin balón y volando hacia la portería rival. Iago completó su recital regalando medio gol con un pase filtrado a Boyé, pero el argentino se frenó y le regaló el balón a Ter Stegen. Hubiese sido el merecido premio al descaro y al fútbol. Al que faltó en Leganés.