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75 abonados históricos reciben la insignia del club por su medio siglo como abonados
11 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Grandes dosis de emoción y celtismo presidieron el acto que acogió ayer A Sede. Un total de 75 abonados históricos recibieron sus insignias rodeados de familias que han heredado su pasión. «Sois los que nos mantienen, nuestra fuerza. El coraje y la fe que pedimos al equipo lo recogemos de vosotros», se dirigió e allos Carlos Mouriño.
Muchos hombres y un buen puñado de mujeres, algunos con nietos orgullosos que acudían por ellos, recogieron el reconocimiento del club de sus vidas. Los había que aprovechaban para hacer alguna observación al presidente o para susurrarle algo al oído a Iago Aspas. Alguno se olvidaba de la foto de rigor y otras la tenían más que presente: «¡Sacadme guapa!», se oía.
El propio Mouriño lanzó otro mensaje: «Un edificio como este fue posible porque agarramos vuestro ejemplo (...). Y no sacamos ni un euro de al presupuesto de las inversiones deportivas, son recursos que no afectan», dijo en presencia de los capitanes, Unzué y su cuerpo técnico, el consejo y el retornado Miñambres.

Entre los homenajeados, Carmen Alonso, a quien le hizo socia a los 19 su novio y luego marido, ya fallecido, porque en ese momento se lo podía permitir económicamente. «Él también tuvo esta insignia. Murió de párkinson y lo seguía llevando a Balaídos por la ilusión que le hacía a pesar de que el neurólogo recomendaba que no fuera», recuerda esta mujer que se puso una mecha azul para animar al Celta contra el Liverpool, y luego se tiño el cabello al completo «y hasta hoy», presume a sus 69 años. Jamás ha pensado en darse de baja, ni con todo lo que echa de menos tener a su compañero de vida y celtismo al lado en Balaídos: «No se me pasó por la cabeza en la vida».

Otra pareja que aún va junta a Balaídos son María Fernández y Eugenio Juncal. Los dos recogieron ayer orgullosos su premio. «En realidad llevamos 61 años, pero cuando nos cambiamos de Río a Tribuna hace 53 nos dieron de alta de nuevo y no nos lo cuentan», relata ella, que añade que no le gustaba el fútbol, pero no dejó alternativa a su marido: «Le dije que me hiciera socia, que en casa no me quedaba».

Luis Brea, por su parte, se abonó a los 26 cuando desde Lalín, se trasladó a Vigo para trabajar en Citroën. «Antes diso, lembro vir en taxi e ata ter un accidente unha vez. ¡Era carísimo, 700 pesetas». Ayer le acompañaba su nieta recién nacida, Noa. «A filla naceu celtista e esperemos que a neta tamén. Esta insignia é para ela».