Dos años con luces y sombras

La Voz VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Miñambres ha combinado aciertos y fracasos desde que llegó al Celta en el 2016

03 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El director deportivo del Celta, Felipe Miñambres, cumple dos años en el cargo al que accedió en junio del 2016. Poco más de un mes después de que trascendiera el adiós de su antecesor, Miguel Torrecilla, se oficializaba la llegada de su sustituto, procedente del Rayo Vallecano. En este tiempo con el astorgano al frente de esta parcela, el club ha contratado a un total de doce futbolistas, además de dos entrenadores. Ha habido luces, sombras, y también incógnitas aún por resolver en forma de jugadores de futuro que aún no han explotado, pero que podrían hacerlo.

En el capítulo de aciertos aparecen tres nombres indiscutibles, todos ellos con el perfil de futbolistas jóvenes, prácticamente desconocidos pero a priori con un futuro prometedor por delante y que en Vigo han protagonizado un crecimiento que ha cumplido con las expectativas. Es el caso de Pione Sisto -que ya había sonado para el Celta antes de su llegada-, Stanislav Lobotka y Maxi Gómez -que ayer entró en la lista definitiva para el Mundial-, las grandes relevaciones de la temporada en el club junto con el canterano Brais Méndez.

Sin embargo, ha habido otros casos en los que ese mismo perfil ha dado un resultado bien diferente. Naranjo -que llegaba avalado por sus goles en Segunda- duró apenas medio año en el club antes de desvincularse en el mercado de invierno del 2017 tras no haber entrado en los planes de Berizzo. Aún ligados al Celta, tampoco Lemos ni Hjulsager acabaron de cuajar y, lo que es más preocupante, tampoco lo han hecho en sus cesiones en Segunda en este 2018, en Lugo y Granada, respectivamente.

Capítulo aparte es el de Rossi, futbolista veterano y de calidad contrastada, pero que nunca encajó en Vigo. También en el verano del 2016 llegó Roncaglia, que ha tenido una trayectoria celeste muy irregular: con el Toto fue un fijo, pero el cambio de técnico y las lesiones le pasaron factura y en su segunda temporada disputó algo más de la mitad de minutos que en la primera.

Cesiones dispares

En el caso de Jozabed, Miñambres apostó por un futbolista que ya conocía del Rayo Vallecano y que en primer término fue un acierto. Llegó cedido y su buen rendimiento hizo que el Celta optara por hacerse con él en propiedad. Esta segunda temporada, sin embargo, no ha cumplido las expectativas, relegado a un segundo plano durante la segunda vuelta del campeonato tras empezar contando para Unzué.

El otro caso de cesión de la era Miñambres es un Boyé que, llegado en el mercado de invierno, apenas jugó y cuando lo hizo no dio la sensación te poder aportar al equipo. La lista se completa con el que hasta ahora es la gran decepción, un Emre Mor en el que había muchas esperanzas puestas y que dejó destellos de calidad, pero que desapareció del mapa por sus diferencias con Unzué, que le apartó del equipo en dos ocasiones debido a su falta de disciplina. En cuanto a Mazan, está por ver si tiene capacidad de adaptarse en su segundo año tras pasar casi en blanco sus primeros seis meses como celeste. David Juncá es el último de la lista.

En lo referido a las ventas, cabe destacar dos: la de Nolito por 18 millones y Pape por 10. En total dejaron el club en este tiempo quince jugadores, el último, John Guidetti. Queda por ver qué pasará con los futbolistas que han estado cedidos este curso.

Tres entrenadores

En el banquillo, Miñambres se encontró a su llegada a un Berizzo ya renovado para el curso 2016/2017 pero con el que no hubo acuerdo para una nueva ampliación de contrato, pese a que el director deportivo había expresado su optimismo acerca del acuerdo que nunca llegó. Ante ese escenario, confió en Unzué como sustituto en una apuesta que no cumplió las expectativas, tal y como dejaba claro Mouriño en la despedida del navarro. Ahora se la juega con Antonio Mohamed, toda una incógnita por descubrir.