
El canterano confesó que aunque esperaba una buena acogida, fue mejor de lo que imaginaba
04 jun 2018 . Actualizado a las 12:10 h.Diez años y un mes después, Dani Abalo Paulos (Vilagarcía, 1987) volvió a pisar Barreiro, aunque ayer fuese con otra camiseta. La última vez que el extremo había jugado un partido oficial en el campo del barrio de Lavadores fue el 11 de mayo del 2008 defendiendo los colores del Celta B en un duelo que se saldó con un 1-0 ante el Pájara Playas de Jandía. Luego llegaría su consolidación en el primer equipo céltico hasta que en el 2012 salió cedido al Nàstic y ya no volvió a jugar un encuentro oficial de celeste.
Su peregrinaje como pelotero le llevó a Portugal, Bulgaria, Turquía y Polonia, y esta temporada desembocó en el Cartagena, en donde no está jugando mucho, aunque ayer fue titular como teórico carrilero derecho en una defensa de cinco.
Volver a Barreiro fue algo especial para quien fue canterano del Celta y con una larga trayectoria dentro del club. «Estoy muy contento de volver a Barreiro y muy agradecido a la afición por el cariño. Tenía mariposillas en el estómago y muchas ganas de jugar e intentar hacerlo lo mejor posible», comentó tras la contienda.
Abalo recibió una cerrada ovación por parte de todo el celtismo presente en el campo municipal cuando fue sustituido mediada la segunda parte. «Esperaba una buena reacción de la gente, salí bien de aquí y todo el mundo sabe lo celtista que soy, a muerte. Pero el recibimiento fue maravilloso. Mejor de lo esperado».
A la conclusión del partido Abalo no se cansó de saludar a viejos amigos y ex compañeros: Cabral y Sergio bajaron al vestuario a darle un abrazo pero también se le vio charlar con Bermejo, Carlos Hugo García Bayón o Pedro Posada, entre otros. Dani estaba en casa.