El día que el celtismo supo que había nacido una estrella

La Voz VIGO

GRADA DE RÍO

A hombros de su gran amigo Dani Abalo, que también había disputado ese partido
A hombros de su gran amigo Dani Abalo, que también había disputado ese partido XOAN CARLOS GIL

«Todo el mundo me dice que voy a pasar a la historia del Celta», decía Aspas a La Voz tras marcar los dos goles al Alavés que valían la salvación el 6 de junio del 2009

06 jun 2020 . Actualizado a las 22:07 h.

2009: Iago Aspas acaparaba las portadas dedicadas al Celta por primera vez de muchas. Con la diferencia de que entonces aquel moañés con ficha del filial que aún no había cumplido los 22 años era casi un desconocido. Su debut con el primer equipo se había producido un año antes, frente al Salamanca de la mano de Alejandro Menéndez, pero su estreno en Balaídos, que al final se recuerda como debut oficioso, fue con el Alavés enfrente el 6 de junio del 2009.

«Un jugador del filial salva al Celta», se titulaba la crónica de La Voz de aquel partido que los célticos disputaban a vida o muerte. El hoy internacional con la selección española a la que representará en el próximo Mundial salió a hombros del campo aquella tarde ante la mejor entrada de la temporada, más de 24.000 espectadores. Nadie contaba con quien acabó convirtiéndose en el gran héroe de la temporada y, con el tiempo, en mucho más.

XOAN CARLOS GIL

No era un partido cualquiera. Dos años después del descenso a Segunda, el equipo vigués, dirigido por Eusebio Sacristán -que había tomado el relevo mediada la temporada a Pepe Murcia-, no solo había llegado a esas alturas del campeonato (jornada 40) muy lejos del objetivo de volver a la élite, sino que su continuidad en la categoría de plata estaba en juego. Enfrente, un rival directo por la salvación al que los celestes no fueron capaces de batir hasta que Aspas saltó al campo. Eusebio le dio la alternativa en sustitución de Óscar Díaz en el minuto 59. Poco más de media hora le fue suficiente para revolucionar el partido.

A falta de diez minutos, Iago puso por delante a los locales en Balaídos con un cabezazo, pero a falta de dos minutos para cumplirse el tiempo reglamentario, Juanjo empataba el duelo. Ahí estaba Aspas para marcar de nuevo en el 94, poner el 2-1 en el marcador, certificar con ello la permanencia y desatar la locura. Preguntado en la previa sobre qué podía aportar, Aspas no había titubeado: «Calidad», había respondido con el mismo descarto que luego le ha caracterizado tanto sobre el terreno de juego. Ya antes de ese día, Chuti Molina había dicho de Iago cuando dirigía la cantera del Celta que «si fuera argentino valdría quince millones».

Aunque marcó dos goles, Iago también tuvo tiempo ese día de lamentar alguna ocasión fallada
Aunque marcó dos goles, Iago también tuvo tiempo ese día de lamentar alguna ocasión fallada XOAN CARLOS GIL

«Espero estar entre los 25 la próxima temporada, no por estos goles, sino por la lucha día a día», decía Iago ya tras el partido y mientras le llovían los elogios. No había tenido un solo minuto en todo el curso, mientras era un fijo en el filial de Alejandro Menéndez que ese curso acabó quinto en Segunda B. «Ha demostrado la calidad que tiene, que es muchísima, una gran madurez, desparpajo y atrevimiento para un partido como este. Tiene un gran futuro por delante», avisaba Eusebio tras el partido.

Al día siguiente, Iago Aspas concedía una entrevista a La Voz. «Es difícil meter a un chaval cuando te estás jugando la vida», decía en referencia a la decisión de Eusebio a la vez que admitía no ser aún muy consciente de lo que acababa de conseguir. «Todo el mundo me dice que voy a pasar a la historia del Celta y yo les digo que solo son dos goles, aunque valen la salvación que tanto nos importaba», comentaba aquel joven canterano. Recordaba también que había entrado en la convocatoria por no estar disponibles dos de los máximos goleadores del equipo.

La temporada siguiente, la 2009/2010, Aspas fue ya jugador del primer equipo a todos los efectos y de nuevo con Eusebio al frente. A partir de ahí, la historia ya es perfectamente conocida para el celtismo: sus goles fueron claves para el ascenso del 2012 y para la salvación del 4 % un año más tarde. Después de su paso fallido por Liverpool y Sevilla, volvió a casa contribuyendo también al regreso a Europa y en las tres últimas temporadas -en la 2016/2017, alcanzando las semifinales de la Europa League- ha sido el máximo goleador español de la Liga. 

XOAN CARLOS GIL