Un problema complejo que solo puede solucionar el futbolista

Julio Álvarez-Buylla

GRADA DE RÍO

MIGUEL RIOPA | AFP

14 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

l tema de Emre Mor es un asunto complejo. Este tipo de jugadores jóvenes que tienen mucha calidad con habilidades para hacer cosas distintas al resto de los mortales, pero muchas veces vienen acompañadas de un carácter complejo, hay muchos de estos casos en el fútbol. La temporada pasada no fue capaz de adaptarse al juego del Celta y a LaLiga aunque se esperaba mucho de él y este año parece que va por la misma senda.

Cuando un entrenador llega a equipo y es conocedor de la calidad de un jugador y sabedor que ese futbolista tiene problemas su primera intención es darle oportunidades y volver a recuperarle. Creo que esa fue la primera idea de Mohamed cuando habló de Emre Mor, porque además se trata de un técnico que viene con fama de motivador y de ser un entrenador que le saca el máximo rendimiento a los jugadores, pero estamos hablando de fútbol profesional y tampoco las oportunidades pueden ser infinitas. Hay que tener en cuenta el rendimiento que están dando otros jugadores y que el Celta es un equipo de medio campo para arriba con mucha variantes y una plantilla amplia, y seguro que llegado el momento el técnico apostará por quienes le den más garantías.

Puestos a buscar causas no creo que sea un lastre para él lo de ser uno de los fichajes más caros de la historia del Celta.

Luego está en tema del idioma. Aunque el fútbol es un idioma universal la comunicación es fundamental a la hora de integrarse dentro de la plantilla, de adaptarse y de entender la explicaciones del técnico y sorprende que un jugador profesional que vive de esto no haya sido capaz de por lo menos de tener unos mínimos conocimientos para poder comunicarse con algo de garantía.

Cambiarlo depende de él. Es cierto que se puede hablar con él, seguro que ya lo han hecho de muchas maneras los compañeros, el entrenador y el agente, pero el propio jugador que quien se debe dar cuenta de que esta actitud de continuas propuestas y de no integración dentro del juego al final le va a llevar a cierto descrédito de su trabajo como futbolista profesional, y eso le va a perjudicar, no solo esta temporada sino en la imagen para el futuro. Por eso es Emre Mor el que tiene que darse cuenta de que tiene que cambiar, aunque nunca viene mal que alguien le pueda orientar.