La enmienda encuentra recompensa

x.r castro VIGO

GRADA DE RÍO

Un gol de Aspas da el empate en Mestalla al Celta cuando se convirtió en un equipo reconocible

27 sep 2018 . Actualizado a las 00:59 h.

La reacción del Celta en el segundo tiempo encontró premio en forma de empate de mérito en Mestalla. Mohamed de equivocó en el primer acto cargando el equipo de futbolistas defensivos y el equipo naufragó por completo ante un Valencia que se adelantó en el marcador y que pudo llevar el partido encarrilado al descanso. Pero el técnico argentino metió en el campo a Pione Sisto tras el descanso, apostó por un orden lógico partiendo del 4-4-2 y el Celta comenzó a inclinar el campo y a poner en aprietos a un Valencia que acabó claudicando a un cabezazo de Aspas, que marcó su quinto gol de la temporada.

Decía Mohamed que más allá del dibujo estaba la intensidad, y al argentino no le falta razón, aunque quizás en su apuesta ultraconservadora llevó la penitencia. Volvió a la defensa de cinco como se esperaba y montó un trivote con todo lo defensivo que tenía para el medio campo, pero no por acumular ocho hombres de carácter defensivo en el once se defiende mejor. De nuevo tocó sufrimiento. Por las bandas y por el centro. Primero sufrió Hugo Mallo con Guedes, luego Juncà con Pizzini y finalmente fue Batshuayi quien hizo diana. En una acción muy rápida que ninguno de los ocho jugadores defensivos fue capaz de cortar. Guedes asistió y el belga marcó ganándole la espalda a los centrales.

Con el 1-0 (la primera vez en toda la temporada en donde los valencianistas se ponían por delante) Marcelino tenía el partido en donde quería, en especial porque el Celta tenía el balón pero coleccionaba precipitación, malas decisiones y un punto de ansiedad difícil de entender, quizás originada por la falta de un creador en la parcela ancha al estar desplazado Lobotka casi literalmente en banda. Como consecuencia, Aspas de desquició, Maxi deambuló por el campo y Neto, el portero local, no tuvo que realizar una sola parada en el primer tiempo y cada llegada ché era un sinónimo de peligro. Menos mal que Rodrigo y compañía tenían el punto de mira alto.

Mohamed tuvo que rectificar en el descanso dando entrada a Pione Sisto por Okay y montando un 4-4-2 que convirtió al Celta en un equipo reconocible. De repente los vigueses encontraron la brújula con Lobotka y Beltrán en la sala de máquinas. Bajo su batuta jugaron en campo contrario, movieron el balón y pusieron a prueba a Neto. La ocasión más clara fue un pase filtrado del exvallecano a Aspas que neutralizó el portero en el uno contra uno y el rechace posterior del propio Beltrán que se fue fuera por un palmo. Pione en dos ocasiones también buscó fortuna ante el meta brasileño.

La diferencia con el partido de Girona fue que ninguna de las pérdidas (Beltrán tuvo tres) no sacó al Celta del partido. La más clara la sacó Sergio con el tacón tras un remate. Y con vida, la asistencia encontró recompensa a falta de diez minutos con un centro de Juncà preciso y un remate de Iago Aspas de cabeza inapelable.

Poco después de firmar el moañés el empate, Mohamed deshizo el camino y volvió a la defensa de cinco con Júnior Alonso, lo que de nuevo le dio alas al Valencia, especialmente por parte de Cheryshev, que desde la derecha habilitó un balón de oro a Rodrigo que Sergio desbarató para certificar un empate de mérito.