El peaje de renunciar a la esencia

GRADA DE RÍO

JULIO MUÑOZ

El Celta sigue en caída libre, con una propuesta arcaica y controvertidos cambios

07 oct 2018 . Actualizado a las 23:23 h.

Al primer parón de la temporada el Celta llegó con la moral por las nubes y en puestos de Champions. Al segundo, lo hace con la fe por los suelos, unos discretos diez puntos, sin haber ganado un solo partido en este tramo de competición, y lo que es más grave, con la sensación de que no está siendo fiel a su esencia, al alma misma de un equipo que hizo del buen trato al balón su carta de presentación. En Sevilla, como sucedió en partidos anteriores, no quedó nada claro a qué juegan los de Mohamed. Si a eso se le suma una política de cambios difícil de entender, las concesiones defensivas y la expulsión de Araujo -que pecó de pardillo-, el desconcierto está servido.

la base

Una propuesta arcaica

No engañó Mohamed cuando en la víspera del partido desglosó cuál sería el planteamiento y los protagonistas. En el Pizjuán se plantó con su defensa de cinco, recuperando la figura del líbero personificada en Cabral, que apenas tiene encaje en el fútbol moderno. Retomó el marcaje al hombre, que tan buen resultado le había dado al Toto, pero aplicándola solo en algunos casos, y elevó la presión metro y metros. Esta decisión incomodó sobremanera al Sevilla en el arranque de la contienda y argumentó buenos minutos de los celestes.

la defensa

Continúan las concesiones

Por un motivo o por otro, al final los desajustes defensivos siempre acaban pasando factura a un Celta que paga un peaje elevadísimo por sus errores. Da igual que jueguen con cuatro o con cinco zagueros, al equipo le falta mayor contundencia, más solidaridad, ayudas y también un punto de fortuna. El centro del campo no está funcionando como primer cortafuegos. Ayer la expulsión de Araujo fue la gota que colmó el vaso y que acabó de desequilibrar la balanza.

la clave

Falta la brújula del balón

El problema de base del Celta es que no sabe a qué juega y que en su búsqueda de soluciones está cediendo terreno en su propia identidad. Ya no maneja el balón con la misma frescura y conciencia, con la tranquilidad de saber cómo y para qué. La circulación está muy lejos de ser fluida, el equipo arrastra desajustes en la colocación y ni juega con extremos, ni logra aprovechar la superioridad por el centro del campo.

los cambios

Dennis y Aspas

La toma de decisiones de Mohamed en cuanto a los cambios está siendo controvertida. Ayer apostó por dar 45 minutos a Dennis, que hasta el momento está verde para Primera y que se solapa con Maxi, y retiró a Aspas en el 69, cuando sus genialidades, por puntuales que sean, pueden cambiar el partido. Funcionó Boufal por su sobrada calidad.