













































El moañés anota un hat trick como cada vez que juega de delantero centro en el Celta en los dos últimos años
27 oct 2018 . Actualizado a las 20:54 h.El fútbol es de los jugadores. La frase de manual es más realidad que tópico, por eso el día del juicio final de Antonio Mohamed el protagonista fue Iago Aspas, que firmó un hat trick después de pasarse toda la noche en el hospital al haber sido padre por segunda vez. El moañés ocupaba la posición de nueve de referencia por primera vez en toda la temporada y como cada vez que lo hace en los dos últimos años, firmó un triplete. Brais Méndez, otro hombre de la factoría de A Madroa redondeó la cuenta con el cuarto gol. Un festival de goles, con lagunas en el juego en el primer tiempo, que de momento parecen darle un margen de confianza al técnico argentino que estaba contra las cuerdas.
Iago Aspas, el principio y el fin. El solito adelantó al Celta en el marcador y de igual manera marcó el segundo cuando peor pintaba el panorama. Fue su particular manera de saludar la posición de nueve, en la que siempre marca por triplicado pero en donde Mohamed no le veía, o al menos no le ponía. Curiosidades, ayer le salvó el pellejo cuando sus horas en Vigo parecían contadas.
Porque el Celta, con jugones alrededor de Iago entró en el partido enchufado, tocando el balón y llegando con facilidad. Fue el preámbulo de la jugada que abrió la lata a los cuatro minutos. Robo de Lobotka, asistencia de Boufal para Juncà que dobló la banda y centró para que Aspas en la posición de nueve controlase el balón y marcase por el palo largo superando la altura de Asier Riesgo.
El segundo todavía fue más de autor. Contra, robo, pase al espacio de Brais Méndez y una vaselina imposible desde el pico del área a la que no pudo llegar el meta vasco.
Era la antesala del descanso y el 2-0 supuso una sensación de alivio después de que entre gol y gol el Eibar fuese el dueño del balón y aunque sin crear ocasiones claras de peligro, merodease el área celeste con centros laterales y alguna llegada (la más clara una de Kike) ante un equipo local pensando para tener el balón pero que apenas lo olía, y que además le faltaba un punto de agresividad para cortar las alas a los armeros. Lo hizo Iago con dos goles.
Brais completó la faena en el arranque del segundo tiempo en una contra ejecutada por Hugo Mallo en la derecha con asistencia incluida para el mosense, que llegando desde la segunda línea fusiló desde la frontal a Asier Riesgo.
Los tres goles de diferencia llevaron el partido, mucho más controlado y con el Celta más asentado, a otra dimensión con el Eibar dominando pero sin ninguna convicción y con Sergio Álvarez respondiendo con dos paradas a los dos tiros más incisivos, y lejanos, de los azulgranas.
La traca final de la victoria, tan necesaria como balsámica llevó la firma de Iago Aspas, que marcó su tercer hat trick en Primera División, demostrando su condición de líder absoluto del equipo. El primer triunfo dos meses después le debe dar un margen de tranquilidad al equipo vigués para una semana con Copa y Liga en el horizonte.