Patxi Salinas recibía el homenaje de Balaídos

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El 29 de diciembre del 1998 se vestía de corto por última vez en el municipal vigués

29 dic 2018 . Actualizado a las 17:30 h.

1998: Patxi  Salinas se vestía de celeste sobre el césped de Balaídos por última vez el 29 de diciembre de 1998. El futbolista bilbaíno -que a día de hoy dice sentirse tan gallego como vasco- recibía un homenaje tras haber puesto fin a su carrera unos meses antes y con 16 temporadas en la élite a sus espaldas.

El partido consistía en un enfrentamiento entre compañeros suyos en el Celta (en concreto, Pinto, Míchel, Salinas, Eggen, Berges, Fran Caínzos, Bruno Caires, Yaguito, Tomás, Revivo, Sánchez, Cáceres, Karpin, Pene, Zoran Djorovic, Makelele, Villa, Óscar y Roberto) y un combinado de la Liga eencabezado por su hermano Julio y en el que estaban, asimismo, los excélticos Cañizares, Jorge Otero, Prats, Geli, Manel, Itoo Ratkovic o Urzaiz junto con  Alkorta, Ferreira, Rivas, Manjarín, Raúl, Javi González, Prats, Edu Alonso, Camarasa, Albístegui, Corino, Pier, Pacheta, Arteaga y Morientes.

El partido fue una auténtica fiesta solo deslucida por el mal tiempo. Alrededor de 6.000 incondicionales homenajearon a Patxi y le agradecieron sus méritos tanto dentro como fuera del terreno de juego, con el momento en el que fue sustituido como instante cumbre. «Queda un vacío en mi vida. Se ha acabado una etapa preciosa, pero espero que la que comienza sea igual de feliz», declaraba el jugador emocionado nada más abandonar el terreno de juego.

Salinas no escatimó tampoco en palabras de agradecimiento a la que había sido su afición. «Me han arropado a muerte durante esos seis años», decía. Y añadía que le hubiera gustado seguir un año más, pero que le hubiera supuesto tener que cambiar de club, un trance duro por el que prefirió no pasar. «Del fútbol me llevo muchos amigos», finalizaba.

Desde entonces, Patxi Salinas siempre ha afirmado sentirse un vigués y un celtista más, demostrando en multitud de ocasiones el enorme cariño que siente por un club que marcó su vida.