El Celta, a cuatro puntos del descenso, visita al Rayo en una cita trascendental para definir el objetivo
11 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Sin terminar de asimilar el batacazo de la derrota del lunes ante el Athletic, al Celta le toca abrir jornada esta noche en Vallecas, uno de sus campos malditos, y ante un ahora rival directo como el Rayo Vallecano. Porque la cita de hoy tiene colgado el cartel de trascendente: si el conjunto de Cardoso es capaz de regresar con los tres puntos pondrá de nuevo distancia con la zona roja, pero una derrota le llevaría a tener el descenso en los talones cuando la primera vuelta toca a su fin. Las dos caras de una temporada huérfana de regularidad en donde la plantilla no ha respondido en casi ningún momento a las expectativas generadas.
La derrota ante el Athletic ha sido de lo más duro vivido hasta el momento. En 90 minutos el Celta perdió los papeles y se metió en un lío, por segunda vez en la temporada, porque el mismo escenario se dibujó en la víspera de recibir al Huesca en Balaídos. Entonces solucionó la papeleta Iago Aspas, pero el salvavidas celeste no estará hoy (se pierde el segundo partido por lesión) y para salir del embrollo Cardoso solo hará un cambio esta noche en el peculiar recinto de Vallecas: Jozabed, que vuelve al estadio en donde ofreció sus mejores prestaciones, pasará a ejercer de media punta (lo esperado el lunes aunque luego no se concretó) y Beltrán retrasará su posición para compartir doble pivote con Okay, siendo Lobotka el sacrificado en la formación inicial. El eslovaco recuperó la titularidad con el cambio de año pero en ningún momento se sintió cómodo y terminó siendo relevado en un doble pivote inconexo.
Lo que no está sobre la mesa es la opción de colocar a Brais en su posición natural de media punta. El mosense seguirá partiendo de la derecha, aunque al final su hábitat natural termine siendo el pasillo central. En defensa, por exigencias del guion, y pese a las groseras licencias del lunes, todo indica que seguirá el mismo cuarteto. Será una nueva reválida en un campo que no permite respiros ni despistes.
Con estos mimbres el Celta sabe que se enfrenta a un equipo con una línea de cinco defensas y cuatro centrocampistas. Un frontón que espera balones frontales para devolverlos y buscar contras de vértigo a la espalda de la zaga céltica (el recurso que más daño provoca en los vigueses). Por eso Miguel Cardoso necesita un plan alternativo, con su equipo combinando el juego largo y corto y con capacidad para buscar los espacios que deje un campo que pese a su efecto óptico se ajusta al estándar de las medidas reglamentarias.
Un rival emergente
Y frente a la depresión del Celta, que acumula tres partidos sin ganar (un punto de nueve) y que ha visto reducido su caudal goleador a un único tanto en los últimos 270 minutos, el Rayo Vallecano llega en plena remontada. Tardó Míchel en dar con la tecla del equipo de toda su vida, pero un ajuste táctico para formar un 5-4-1 y el cambio de portero dándole la alternativa al macedonio Stole Dimitrievski han provocado una mejoría paulatina que se traduce en dos victorias en las dos últimas jornadas y esos seis puntos le colocan a las puertas de salir de la zona de descenso. Además, para esta noche contará con toda su plantilla incluido Imbula, que cumplió el partido de sanción y que compite con Álvaro Medrán, goleador en Pucela, por ser uno de los acompañantes de Santi Comesaña en el centro del campo franjirrojo.
Un duelo que vive dos momentos pero la misma necesidad de eludir los puestos complicados de la tabla. A día de hoy Rayo y Celta son rivales directos y el marcador de esta noche puede marcar el futuro inmediato. Un revés activaría todas las alarmas.