
A peor no se podía ir, así que creo que el cambio de entrenador era ya no solo necesario, sino obligatorio. Iban demasiados partidos sin ganar, con una racha malísima y había que buscar soluciones y un entrenador adecuado para cambiar el rumbo. Creo que Fran Escribá lo es.
El nuevo técnico no tiene el problema de los dos anteriores, que no conocían la Liga y ahí están los resultados que lo han demostrado. Él está preparado, conoce el fútbol español, es un gran entrenador al que he seguido y me gusta, aunque está claro que será el domingo cuando empecemos a juzgar su trabajo en el Celta.
Escribá me parece un profesional serio y honrado que tiene las ideas muy claras a nivel táctico. He seguido ponencias suyas desde hace años y coincido mucho con él en la manera de trabajar y de ver el fútbol.
Cuando un entrenador llega a un equipo en una situación así, el factor psicológico es más importante incluso que los conceptos futbolísticos. Lo primordial es que sepa transmitirles algo que se ve que los anteriores no han sabido, que es confianza y autoestima. Eso está primero que 800 conceptos que les acaben de volver locos.
El Celta tiene una grandísima plantilla hecha para Europa, pero también en la que Aspas es medio equipo. Con él estoy seguro de que el Celta no estaría ahí, pero sigue fuera del descenso y el papel del celtismo, siempre fiel, será clave.