La peor sequía desde el retorno

la voz VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Seis temporadas después el Celta encadena tres encuentros consecutivos sin marcar y el domingo solo disparó un tiro a puerta

12 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta ha perdido hasta el gol. Del equipo que finalizó los últimos cuatro torneos entre los siete conjuntos más goleadores del campeonato y que era el segundo realizador en el ecuador de la liga actual ya no queda ni rastro. Desde que comenzó la segunda vuelta lleva cinco goles en ocho partidos y en las tres últimas jornadas se ha quedado con el contador a cero. Los célticos no marcan desde el 16 de febrero cuanto anotaron el inservible penalti al Levante con el partido perdido. Han pasado 272 minutos.

Es la segunda vez en las últimas siete temporadas, el tiempo que lleva el equipo en Primera en esta época, que los celestes encadenan tres contiendas en blanco. La vez anterior fue en el curso 2013/14, con Luis Enrique en el banquillo, cuando se habían quedado sin marcar ante Villarreal (0-0). Getafe (2-0) y Elche (0-1). En total habían pasado 352 minutos entre el tanto de Santi Mina al Athletic y el de Nolito al Atlético.

En las cuatro temporadas siguientes el tope de jornadas seguidas en blanco se quedó en dos, incluso en el ejercicio 16/17 cuando la Europa League centraba todo el interés de los vigueses.

Las razones de semejante sequía se encuentran sobre todo en la ausencia de Aspas, que está cerca de alcanzar su tercer mes parado, y en las siete jornadas que lleva sin marcar Maxi Gómez, cuyo único gol del año 2019 data del 11 de enero en Vallecas y desde el punto de penalti. Por encima, la segunda línea ha dejado de producir (Brais no marca en jugada desde diciembre en Villarreal) y toda la contribución se reduce, y a cuentagotas a la estrategia. De hecho, Araujo ya es el cuarto máximo goleador del equipo con tres dianas.

Y la sequía, además, es la lógica consecuencia de un ataque menguante que ante el Betis alcanzó su máxima expresión ya que los célticos solo tiraron entre los tres palos de Pau López una vez, en el minuto 93 y con un débil disparo desde la frontal de Pione Sisto. El mapa de calor del partido es todo un drama con el área rival prácticamente inédita a lo largo de los 90 minutos. Ante el Eibar, una semana atrás, dos habían sido los disparos a puerta, uno al larguero y otro inteceptado por Dmitrovic. Y con el Alavés, en el primer partido a cero la producción también había sido de dos disparos, el más peligroso interceptado por Pacheco con una buena parada.

Un nuevo problema, y no menor, para Fran Escribá. Porque el socavón defensivo sigue existiendo aunque con un punto más de orden como se puso de manifiesto ante el Betis. El Bernabéu será una reválida de órdago.