El Celta da síntomas de vida atrás, pero desaparece en ataque

míriam v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

GABRIEL BOUYS

Errores puntuales y la falta de capacidad para generar en ataque llevan al Celta a un nuevo traspié

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La mejoría que el Celta evidencia desde la llegada de su tercer técnico del curso, Fran Escribá, sigue siendo estéril. El equipo vigués se mostró bien posicionado y sólido en defensa, pero errores puntuales, sumados a la incapacidad una jornada más para ver portería, le costaron al equipo la enésima derrota. La tercera consecutiva para un equipo que puede ver la salvación aún más lejos según cómo se desarrollen los partidos de los rivales directos. El margen de error se termina si los vigueses quieren continuar en la máxima categoría la próxima temporada.

Equipo titular

Un once con dos novedades que duró tres minutos

Pione Sisto y Kevin Vázquez fueron las principales novedades en el once elegido por Escribá en detrimento de Boudebouz y de Hugo Mallo, baja por sanción. Sin embargo, la apuesta de Escribá apenas duró tres minutos, los que tardó David Juncà en lesionarse y verse obligado a dejar su sitio a Hoedt. Esto obligó a una revolución, con Kevin cambiando de lateral para ejercer por la izquierda y Costas de improvisado lateral derecho para el que el recién ingresado pasara a formar la pareja de centrales con Néstor Araujo.

Primera parte

De menos a más

El Celta salió descentrado y le costó unos minutos entrar en el partido. Para colmo, la lesión de Juncà trastocó los planes y, aún desde la primera solución, el técnico valenciano introdujo más cambios. Escribá decidió intercambiar a los extremos, con Pione pasando a la izquierda para echar una mano a Kevin y Boufal en la derecha. A los celestes se les vio bien colocados y ordenados en defensa, aunque el Madrid dispuso de algunas ocasiones claras para ponerse por delante. Rubén volvió a tener dos intervenciones salvadoras en la primera parte.

Falta de gol

De nuevo sin pólvora

La más clara de la primera parte para el Celta la tuvo Maxi, que se encontró con un paradón de Keylor Navas para evitar que abriera el marcador a centro de Hoedt. Al Celta le faltó velocidad en ataque y sigue convertido en un equipo predecible al que le costaba inquietar al guardameta rival. No hubo mucho más. Al equipo le faltaba profundidad, le costaba aproximarse a la meta rival y cuando lo hacía no conseguía terminar las jugadas. Son ya cuatro partidos sin marcar y tres derrotas consecutivas.

Carencias

Malas decisiones en las contras y falta de último pase

El balón parado del que habían surgido los últimos goles celebrados por los celestes ha dejado de ser un recurso y en jugada el equipo es completamente incapaz de marcar. El Celta tomó malas decisiones en cada contra de la que dispuso y no fue capaz de finalizar sus acciones de ataque. De nuevo el registro de tiros a puerta se quedó en solo uno por siete del rival. A esto se sumaron las pérdidas que costaron los goles.

Defensa

Los errores puntuales eclipsan la mejoría

El Celta logró llegar al descanso sin haber encajado y, aunque los goles recibidos no se hicieron esperar tanto como en los partidos anteriores, sí quedó nuevamente cierta sensación de morir en la orilla. Porque aunque es cierto que con Escribá se ha percibido cierta mejora defensiva y se ve al equipo más sólido y bien posicionado -pese que ayer hubiera que cambiar de plan sobre la marcha-, todo eso queda eclipsado por errores que cuestan goles y que se tradujeron en una nueva derrota. De nuevo un trabajo estéril y otra vez sin que valga puntos.