Aspas se apunta a otra reconquista

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Tras ser pieza básica en la salvación del Celta en el 2009 y el 2013, el delantero vuelve en el momento más crítico tras recibir el alta después de tres meses parado

29 mar 2019 . Actualizado a las 21:20 h.

Iago Aspas está de vuelta. El moañés puso fin a tres meses de inactividad, su período más largo desde que es futbolista profesional, por una rotura en el gemelo interno de la pierna derecha. A lo largo de este tiempo, once partidos, su equipo solo ha sido capaz de sumar 4 de los últimos 33 puntos en juego, lo que le ha conducido a la zona de descenso y a cuatro puntos de la salvación. El moañés, que sigue siendo el máximo goleador del equipo con diez dianas, acude al rescate del Celta por tercera vez. Lo hizo en junio del 2009 en el dramático partido ante el Alavés para evitar la caída a Segunda B y lo volvió a repetir en el 2013 en la salvación del 4 % ante el Espanyol. Ahora, con diez jornadas por delante, le toca liderar la reconquista celeste.

 

Todo el mundo, desde la afición hasta el entrenador y la propia plantilla, espera que Iago Aspas sea capaz de retomar el camino de la salvación. Cuando tuvo que marcharse lesionado del Camp Nou el 22 de diciembre dejó al equipo con 21 puntos, en la zona media, y con cinco de margen con respecto al descenso. Pero mientras Iago recaía (llegó a jugar media hora ante el Getafe e ir al banquillo ante el Levante) y tenía que recurrir a un novedoso tratamiento de factores de crecimiento con glóbulos blancos, el equipo vigués entraba en caída libre hasta el punto de ganar tan solo un partido de los últimos once (al Sevilla) y un empate sin goles en Vitoria ante el Alavés. En total 4 puntos sobre 33 posibles, convirtiéndose en el peor equipo de la segunda vuelta, y lo peor, entrando en zona de descenso. De hecho, en estos momentos los vigueses están a cuatro puntos de la salvación que marca el Villarreal, su rival de mañana, y el Valladolid, con quien tienen el golaveraje además perdido.

Semejante panorama dibujan el partido ante los castellonenses como una final con mayúsculas en donde el moañés debe obrar de revulsivo, aunque todo el mundo le quiera quitar presión y responsabilidad. Dos aspectos que Iago lleva en la mochila desde sus primeros días en el fútbol, también en el profesional. Solo hay que recordar la irrupción de Aspas en su primer partido en Balaídos, con el Celta jugándose la vida y la viabilidad, el 6 de junio ante el Alavés. Aquel entonces joven del filial salió en la recta final y marcó los dos goles que valieron una salvación. «Fue un día inolvidable que quedará para el recuerdo. Estaba concentrado en entrar al campo y nervioso en se momento en que vas de calentar a ponerte la camiseta en el banquillo, pensando en intentar lo que me habían mandado», recuerda Iago de aquel 6 de junio de hace casi diez años. «Un chaval de la casa quizá salvó la vida del club», prosigue Hugo Mallo, quizás para darle el valor real a aquella actuación.

 

El año del 4 %

Pero Iago lo volvió a hacer cuatro años después para certificar la permanencia imposible del 4% en el año del regreso del Celta en Primera. Marcó en Valladolid en la penúltima jornada para mantener con vida al equipo y en la jornada final le dio la asistencia a Natxo Insa para que marcase el gol de la salvación. Unos días antes de emprender un viaje con retorno que le dejó al club 10 millones de euros en caja (el traspaso al Liverpool).

Entonces Aspas era un joven cargado de talento y ahora, a sus 31 años, es el líder absoluto del equipo. El faro en el que se ha sustentado el Celta de esta década y la última esperanza para buscar una octava temporada consecutiva en la élite del fútbol español. Tiene diez jornadas para escribir una página más de su leyenda. Quizás el reto más difícil de todos.