El Celta ha cerrado, con un empate de mérito ante el líder de la categoría un difícil inicio de liga ante rivales «europeos» que nos dejan esperanza, pero también a la expectativa del comportamiento del equipo ante futuros compromisos teóricamente menos exigentes. Hasta ahora las señales son positivas, pero el tiempo dictará sentencia. El sábado, los celestes sufrieron y aguantaron sin descomponerse la salida local. Se rehicieron tras el descanso adelantando el posicionamiento defensivo y consiguieron equilibrar la posesión del balón. Y finalmente se sobrepusieron a las circunstancias desfavorables que acontecieron en los últimos diez minutos.
1 La clave
Mantener el orden
El Celta supo esperar su momento y mantuvo el orden incluso en los instantes de más asedio local. La presión sevillista, que impedía a los vigueses tener el balón y las rotaciones ofensivas planteadas por Lopetegui provocaban que los medios centro recibiesen solos en zona lateral en la iniciación del juego, sobre todo un Banega por el que pasaba el juego de ataque sevillista. Con Navas y Reguilón encarando continuamente por ambas bandas los jugadores de ataque vigueses pasaron más tiempo defendiendo que atacando. La presión e intensidad rival no era fácil que se mantuviese en el tiempo y ahí fue cuando el Celta adelantó las líneas y con el balón, empezó a crecer hasta igualar la iniciativa del partido.
2 En defensa
La llegada de Aidoo
Con todavía ciertos aspectos por pulir lo cierto es que el Celta a nivel defensivo da la sensación de ser un bloque homogéneo, trabajado y que mejora. La línea defensiva está dando muestras de más consistencia favorecida por la consolidación de Olaza en el lateral izquierdo, un puesto critico la temporada pasada, pero sobre todo por la llegada de Aidoo. El central ghanés se ha mostrado contundente en el cuerpo a cuerpo, rápido y solvente en el juego aéreo siendo clave en el punto conseguido en el Pijuan.
3 El protagonista
El regreso de Lobotoka
Después de una temporada difícil, en la que incluso se le llegó a cuestionar, el centrocampista eslovaco Stanislav Lobotka parece haber retomado el pulso a su juego en estas primeras jornadas. Sí contra el Valencia hizo un notable partido tanto en ataque como en defensa, el sábado fue clave cuando el Celta recuperó el balón volviendo a destacar por su movilidad que lo hace importante tanto en la salida del balón como en el juego vertical del ataque celeste. Una buena noticia.
4 El apunte
La mejora de las segundas partes
El Celta de Escribá parece un equipo que va creciendo según avanzan los partidos. Era una sensación que existía el año pasado y que parece que se corrobora este año. Los pocos riesgos en el posicionamiento defensivo y en la salida de balón durante los primeros minutos dan paso a segundas partes en las que el equipo adelanta su línea de presión y apuesta más por asociarse que por el juego directo. Quizás es solo una percepción o no.
Julio Álvarez-Buylla es entrenador nacional, máster en psicología deportiva y coach deportivo.