El Celta se agiganta en el juego aéreo

x.r.c. VIGO

GRADA DE RÍO

JUAN MEDINA

Un gol en contra a saque de córner, el bagaje después de ocho partidos

08 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los centros laterales y el balón parado fueron un dolor para el Celta durante muchos años. Una sangría que en la pasada temporada a punto estuvo de arrojar los huesos celestes a la categoría de plata. Sin embargo este curso el cambio es hasta el momento radical. De los nueve goles que el conjunto vigués lleva encajados en ocho partidos solo uno llegó en un saque de córner del rival. Fue el Granada cuando los celestes ya jugaban con nueve futbolistas después de la intervención del VAR.

Hasta la fecha los célticos han recibido 49 saques de esquina en contra. Fue el Atlético el que los sometió a un mayor asedio con 13 intentos, pero el Sevilla hizo algo parecido con nueve ejecuciones. El Athletic, otro especialista en la materia, solo pudo ir cuatro veces al banderín de córner. Ninguno de ellos consiguió hacer diana, algo que era muy habitual la temporada pasada.

El crecimiento defensivo en el juego aéreo va más allá de los córneres. El Celta también ha aprendido a sobrevivir a las faltas (solo el sevillista Mudo Vázquez cabeceó a la red un centro a balón parado) y a los centros laterales que tanto daño le hacía. El mejor ejemplo fue el partido del domingo, en donde el Athletic apenas pudo sacar una ocasión de una de sus suertes preferidas. Los bilbaínos sacaron 16 centros, todos ellos neutralizados por la zaga céltica.

«Evitamos sus centros laterales y no a base de acumular gente en defensa. Ha sido un partido muy serio por nuestra parte, uno más sin encajar gol», comentó el entrenador céltico. El equipo de Escribá acumula en ocho jornadas tres partidos sin encajar.

Porque el Celta se va al parón con nueve goles en contra, a una media de 1,1 por partido, firmando el segundo mejor registro desde que volvió a Primera. Tan solo un gol más que los que llevaba en contra en la campaña 15/16 cuando era segundo a estas alturas con 18 puntos en su haber, el doble de los que tiene en la actualidad.

La temporada pasada con Antonio Mohamed todavía en el banquillo los vigueses habían encajado doce goles y los dos años anteriores acumulaban 13.

Entre las causas aparece la irrupción de Joseph Aidoo, el buen momento de Araujo y las ayudas de jugadores como Santi Mina que pese a ser un rematador se está convirtiendo en un seguro de vida para defender el balón parado. El domingo el Celta también agradeció los centímetros de Okay.