El conjunto vigués vuelve a ganar un año después a domicilio en el mismo campo con un doblete de Aspas y un tanto de Pione Sisto

x.r.castro

De Villarreal a Villarreal. El Celta llevaba casi un año sin ganar fuera de casa y volvió a hacerlo en el último escenario para llevarse un partido vital que le permite acercarse a la zona de la salvación (a dos puntos). Por primera vez en toda la temporada marcó más de un gol y Iago Aspas anotó un doblete, haciendo tantos goles en media hora como en toda la liga anterior. Además, los célticos se sobrepusieron al rápido empate del Villarreal, que neutralizó el tanto de Pione Sisto (el 0-1) en cuatro minutos.

Después de los brotes verdes del Camp Nou, Óscar García Junyent superó la reválida de El Madrigal. Con Denis y Brais como titulares, con Pione Sisto instalado en el once por segunda jornada consecutiva y con Sergio Álvarez jugando un partido como titular un año después. Con esas novedades y un 1-4-2-3-1 como apuesta táctica se plantó el Celta en Villarreal.

El técnico catalán mostró cintura en la pizarra, pero del mismo modo no dio un paso atrás en su convicción de la presión alta, y aunque el Celta tuvo menos el balón en el primer tiempo suyas fueron las ocasiones más claras. Lo intentó Aspas con un balón alto y Pione Sisto puso a prueba a Sergio Asenjo en un contragolpe. Por contra, el Villarreal metía miedo en el balón parado, que casi siempre acabó rematando.

El segundo tiempo estuvo más movido. El Celta todavía intensificó más su presión en campo contrario y al Villarreal en absoluto le importaba ir con cuatro hombres a las inmediaciones del área rival. Esta valentía tenía como único camino el gol, y fue el cuadro vigués el que dio primero.

Denis, que apareció mucho en este segundo tiempo, filtró un balón que Pione Sisto gestionó entre dos rivales para batir a Sergio Asenjo con un balón que tocó en el portero antes de alojarse en la red.

Por delante

Los célticos no iban por delante en el marcador desde el pasado 6 de octubre (ante el Athletic) y quizás se sintieron un tanto extraños a favor de obra, porque cuatro minutos después llegó el empate. Los de García Junyent no cerraron el carril izquierdo, Quintillá hizo una pared con Gerard Moreno y el centro del lateral permitió a Chukuwueze empatar con una rápida aparición en el corazón del área rival.

Con el 1-1 el submarino amarillo tuvo su momento ante un Celta dubitativo, que vivió su peor pasaje en el partido, pero la salida de Beltrán y Santi Mina -que tuvo una clara oportunidad- le dio aire, aunque no tanto como el segundo gol. Iago Aspas provocó la falta en una contra y la remató. Era un tanto escorada en la derecha y desde ahí Lucas Olaza volvió a demostrar su golpeo en el balón parado. Sacó con rosca, tocó la barrera y en el segundo palo el de Moaña fue el más listo para golpear con el interior de su pie izquierdo y marcar con la ayuda del palo.

Faltaban diez minutos y el 1-2 dibujaba un nuevo escenario para el Celta, que en esta ocasión supo sufrir. El Villarreal, liderado por el recién entrado Ontiveros, inclinó el campo y coleccionó córneres. Óscar reaccionó con una defensa de tres centrales con David Costas y el momento de máximo tensión llegó con un remate al travesaño del que fuera jugador del Málaga.

Con el tiempo a punto de cumplirse Iago Aspas evitó el sufrimiento final al convertir la defensa de un córner en una contra de gol. El diez céltico pugnó por un balón largo, superó a los centrales en carrera, regateó a Sergio Asenjo y marcó el tercero para abrir la puerta de la esperanza a un Celta que ahora debe buscar ante el Valladolid encadenar dos triunfos consecutivos por primera vez en la temporada.