La plantilla, comenzando por Hugo Mallo e incluidos Smolov y Pione Sisto, se sometió a la
prueba PCR, mientras Óscar García diseñaba la primera semana de entrenamientos en A Madroa
07 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
El Celta dio el primer paso hacia la nueva normalidad al someterse sus jugadores, cuerpo técnico y personal del club a los test PCR ordenados por la LFP y que suponen el paso previo para la vuelta a los entrenamientos, prevista en principio para el próximo lunes. Hugo Mallo, el capitán, fue el primero en pasar por la clínica de A Sede a las nueve de la mañana y fue el doctor Cota, jefe de los servicios médicos, el encargado de cerrar la lista pasadas las cuatro de la tarde. Por el medio todos los futbolistas, incluidos Smolov y Pione Sisto, que rompieron el confinamiento y ahora deben pasar una cuarentena.
En su lento discurrir, la práctica totalidad de los jugadores resaltaron sus ganas de volver y las molestias del pinchazo e incluso el Toro Fernández recogió el sentir general con respecto al regreso en plena desescalada de la pandemia. «Un poco de miedo todavía te queda, pero si se vuelve a la actividad, pues mejor», precisó el charrúa.
No faltó nadie en un desfile que duró siete horas y que pese a realizarse en el centro de Vigo, apenas tuvo curiosos en los aledaños. Los jugadores llegaron uno a uno (Hugo, Denis e Iván Villar, los primeros), con un intervalo medio de diez minutos. En la entrada del edificio (en el acceso de la rúa Príncipe) fueron recibidos por personal del club que les entregaba mascarillas y guantes a los que llegaban sin ellos y recibían las indicaciones pertinentes. Unos 40 minutos después salían por una puerta lateral tras haberse hecho la prueba. «Molesta un poco», dijo Néstor Araújo del pinchazo. «Es sangre y ya está», resumió Rafinha, completamente vestido de negro y teñido de rubio.
En esta ocasión Iago Aspas, que llegó acompañado por Brais y confesó a los medios del club que tiene «ganas de disfrutar» de su profesión, no acaparó todos los focos. Smolov y Pione Sisto, los dos que se saltaron el confinamiento, compartían cartel con el moañés. El ruso apareció encapuchado, pero sonriente, diciendo que estaba deseoso por volver a jugar y cuando se marchaba coincidió con Aidoo en el exterior e incluso le «chocó» el codo. Confirmó que había estado entrenando en Moscú.
El danés llegó a A Sede minutos antes de las once y media de la mañana, con tranquilidad, sonriente, afable e indicando que estaba muy contento de volver al trabajo. Los dos deben pasar ahora una cuarentena.
No faltó en medio del goteo de jugadores la desinfección de la entrada y en el resto de instalaciones ya había intervenido el club en la jornada del martes.
Mientras esto sucedía en el centro neurálgico del club, Óscar García Junyent mantenía una reunión telemática de trabajo con sus ayudantes para programar la primera semana de entrenamientos, que en teoría deben comenzar el próximo lunes 11 de mayo. «Nos preparamos para la vuelta al trabajo. Reunidos con el staff para llevar a cabo una simulación de cómo serán los primeros días en el césped. Cumpliendo con el protocolo. Página hacia arriba y esperando que todo vaya bien en la vuelta a la competición. Imos, Celta», comentó el catalán en sus redes sociales adjuntando un plano de los campos de A Madroa en donde podrían verse tres siluetas por rectángulo, lo que invita a pensar que serán seis los jugadores que se ejerciten en cada turno (tres por cada campo de hierba) lo que significa que necesitarán un mínimo de cinco turnos para que puedan ejercitarse los 30 futbolistas que estarán en la dinámica del primer equipo (los 24 profesionales y los seis del filial incorporados —Rosic, Yeboah, Fontán, Jacobo, Bermejo y Javi Gómez— que ayer también se sometieron a la prueba del coronavirus.
Según consta en el protocolo, el resultado estará disponible en el margen de 48 horas y después ya se podrá comenzar a entrenar