«Le decía a Silva que triunfaría»

m. v. f. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Gustavo Rivas

Giovanella, Lequi, Sergio Fernández, Juan Sánchez y Perera recuerdan la etapa del canario en Vigo, adonde regresa el domingo con la Real

28 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta temporada se cumplen quince años del debut de David Silva en Primera división. Tenía 19 y vestía la camiseta del Celta. Sus primeros minutos en la élite fueron en Balaídos, estadio que visita este domingo. No será la primera vez desde su marcha, pero ya han pasado 14 años de la última, al curso siguiente y con la camiseta del Valencia. Entre medias, una extraordinaria carrera futbolística que aún sigue escribiendo nuevos capítulos y que podían intuir quienes coincidieron con él en Vigo.

Es el caso de Everton Giovanella, en ese momento ya un veterano que guarda recuerdos inmejorables del canario en lo personal y en lo futbolístico. «Llegó siendo un crío, pero ya se había visto en Eibar la calidad que tenía, las cosas que podía hacer y lo mucho que podía evolucionar», apunta. Asegura que al Celta llegó con las mismas ganas e ilusión que demostraba en su anterior equipo. «Pronto vimos que iba a ser protagonista», añade.

Gustavo Rivas

Del mismo modo, Matías Lequi describe a aquel Silva casi adolescente como alguien «con un carácter tremendo para tomar la responsabilidad de hacerse cargo de un equipo de mitad de campo para arriba». Su jerarquía hacía intuir lo que podía estar por venir. «Apuntaba a ser lo que fue en el fútbol mundial con el paso de los años», dice el argentino. Giovanella incluso lo hablaba con él: «No sé si se acordará, pero más de una vez le dije que triunfaría, que acabaría en la selección, jugando un mundial, conquistando lo que quisiera porque se trataba de un futbolista excepcional», rememora.

Sergio Fernández cuenta que, aunque augurar una trayectoria como la de Silva era difícil, sus condiciones eran «muy buenas». «Me llamaba la atención su posicionamiento, cómo intentaba ganarles las espaldas a las líneas de mediocampo rivales y, para ser un jugador de baja estatura, su fuerza en el tren inferior», desgrana. Ya entonces lo veía como un futbolista «competitivo, que siempre quería ganar, que siempre quería la pelota y no se escondía a pesar de ser tan joven» en ese momento. A partir de entonces, subraya que «ha sabido rendir en todos los equipos en los que ha estado a un nivel altísimo y ha tenido la carrera que se ha merecido».

Oscar Vázquez

Juan Sánchez pone el foco en su personalidad y madurez, ademas de elogiar la «humildad y ganas de aprender» de las que hacía gala. Y no solo eso: «Con lo joven que era, entendía el juego a la perfección, tácticamente hacía las cosas muy bien y se adaptó rápido a la manera de jugar del equipo». Le llamaba especialmente la atención «cómo hacía jugar al equipo, su capacidad de elegir la mejor opción y que no perdía balones».

Lo que más grabado se le quedó a otro de sus compañeros, Jesús Perera, eran sus controles. «Le mandabas un ladrillo y él lo controlaba con facilidad. También destacaba lo fuerte que era con ese cuerpo tan pequeño, y sobre todo, su inteligencia», indica. Elogia, asimismo, su capacidad para adaptarse «al rocoso fútbol inglés» durante tantos años. «Todos vimos que iba a ser un gran futbolista y el tiempo nos ha dado la razón».

Oscar Vázquez

En el trato personal del día a día, Lequi lo describe como «introvertido y muy buena persona». Sostiene que se transformaba de alguna manera cuando saltaba al campo. «Era un placer verlo jugar desde el fondo de la cancha», dice. Sergio coincide en que era «algo tímido y callado» al principio, pero en cuanto cogió confianza se hizo querer por todos los que le rodearon en su etapa celeste. También Perera habla de su timidez y de cómo «se transformaba en el campo, donde la perdía totalmente».

Giovanella revela hasta qué punto eran conscientes de la perla que tenían la lado. «Recuerdo que lo cuidábamos mucho en los entrenamientos para que nadie le hiciera daño», cuenta. Y agrega que se ganó pronto «el cariño, al confianza y el respeto» de todos. «Se le veía ya una madurez grande con 19 años y una gran entrega y compromiso», apunta.

M. Moralejo

Un reencuentro especial

Todos están convencidos de que será un partido especial para Silva. «Siempre lo es para un futbolista enfrentarse a un club del que fue parte, y más aún en un equipo que logró hacer 64 puntos en esa temporada», argumenta Lequi. En la misma línea se expresa Giovanella: «Cuando en un sitio dejas buenos amigos y vives buenos momentos, siempre es emotivo. Y esa temporada entramos en UEFA otra vez con un gran equipo en el que él era uno de los grandes talentos. Le traerá buenísimos recuerdos seguro», analiza. De la misma opinión es Sergio Fernández, a quien le consta pese a hacer tiempo que no habla con él que «guardaba muy buen recuerdo de Vigo y estaba muy contento de su paso por allí».

Sánchez afirma que cualquier jugador guarda en su memoria los sitios donde se sintió a gusto, bien tratado y rindió bien, que considera que es el caso de Silva en el Celta. «Y no cabe duda de que la cesión en Vigo fue importante en su carrera», valora. Perera es de la misma opinión y recuerda que le gustaba mucho «la ciudad y su marisco», aparte de que en lo futbolístico, las cosas también le fueron muy bien. «Para todo jugador es bonito volver a un sitio donde se sintió a gusto y querido. Creo que él se sintió así esa temporada y que la gente le tendrá cariño seguro», finaliza.

Gustavo Rivas