«No hemos podido ganar la batalla a Antonio Chaves»

Efe VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El entorno de Óscar García señala al director general del Celta tras su cese

23 nov 2020 . Actualizado a las 22:33 h.

Dos semanas después de su cese como entrenador del Celta, Óscar García Junyent dejaba Vigo ayer. «No hemos podido ganar la batalla a Antonio Chaves», lamentaron a Efe desde el entorno del técnico catalán, que en sus últimas semanas como entrenador del Celta ya mostró su distanciamiento de los dirigentes: «Estábamos labrando el Celta de un futuro no muy lejano, pero no nos dejaron terminar el proyecto», comentó.

En su última comparecencia ante los medios, a mediados de agosto, Carlos Mouriño reconoció que le había prometido cuatro fichajes al técnico catalán: un ocho, un nueve, un lateral y un extremo. Desde entonces, solo llegaron el central colombiano Jeison Murillo, que ya había jugado en Vigo la segunda vuelta del pasado campeonato cedido por el Sampdoria, y Miguel Baeza, una promesa del Real Madrid Castilla con buenos números en Segunda División B.

El fracaso de la búsqueda del nueve que tanto demandó Óscar García tiene una connotación muy significativa porque desde la salida de Maxi Gómez la responsabilidad del gol ha recaído toda Iago Aspas, pese a que Gabriel Toro Fernández, Santi Mina y Smolov fueron presentados como incorporaciones que potenciarían la pegada celeste.

«El Celta es un club muy estructurado, para el entrenador es muy difícil fichar porque nunca tiene el poder de decisión. En mi etapa pedí reforzar tres posiciones y no llegó nadie», expone uno de los sucesores de Berizzo, quien sí fue capaz de imponer su idea con dos compatriotas suyos: Gustavo Cabral y Tucu Hernández. Exceptuando a Mohamed, el resto de técnicos, presos de la cláusula de confidencialidad que han tenido que firmar tras su destitución, apenas han alzado la voz en público, aunque compartieron la línea del Turco.

Los vigueses parecen empeñados en consumar su regreso a la categoría de plata. Hace dos temporadas se salvaron por un estratosférico final de temporada de Aspas, que forzó su recuperación para levantar a un equipo que estaba muerto; hace unos meses evitaron su caída al «pozo» porque el Leganés fue incapaz de doblegar al Real Madrid en la última jornada, después de siete jornadas consecutivas sin ganar del equipo dirigido por Óscar García.

«Es casi imposible hacerlo peor que la pasada temporada», dijo en agosto Carlos Mouriño. Tres meses después, los números dicen lo contrario: el Celta es colista con siete puntos, es el equipo más goleado de la categoría -casi una media de dos goles encajados por encuentro- y sigue teniendo un serio problema con el gol ?ocho en diez partidos, cinco de ellos de Aspas-.

 

Por si fuera poco, con el equipo amenazado de nuevo por el descenso, la junta directiva quebró la mística que había generado con el celtismo con una campaña de abonados que amenaza con dejar por el camino a cientos de seguidores que no están dispuestos a «regalar» 50 euros al club solo por mantener su abono, como ya denunciaron numerosos peñistas.