El protagonista sin invitación

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

El alcalde de Vigo estuvo muy presente en los discursos de Mouriño, Núñez Feijoo y Nidia Arévalo en la presentación de la ciudad deportiva del Celta en Mos

29 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Abel Caballero no estaba invitado pero estuvo muy presente en el acto de inauguración de la primera fase de la Cidade Deportiva Afouteza del Celta en la parroquia mosense de Pereiras. Porque el espíritu del pacto de Los Escudos, de diciembre del 2017, fue parte del hilo argumental de los discursos de Mouriño, Nidia Arévalo y Alberto Núñez Feijoo, presidente del Celta, alcaldesa de Mos y presidente de la Xunta, respectivamente. Los tres recordaron que ellos habían cumplido su parte del pacto. La cuarta pata de la mesa era el Concello de Vigo y la inconclusa reforma del Estadio de Balaídos.

«Esto va mucho más allá del mapa, el Real Club Celta de Vigo, que con esta obra está a la altura de la ciudad y no debajo de ella, va mucho más allá de su lugar de nacimiento», comentó con tono enérgico Carlos Mouriño, el presidente del club, que alabó la colaboración encontrada en Mos y mandó un par de indirectas a Abel Caballero, el alcalde de Vigo. «Todo el que sienta nuestros colores, crea en nuestro proyecto y nos haga mejores puede unirse a esta familia celtista como lo hizo el ayuntamiento de Mos». En el municipio mosense dice haberse encontrado en el gobierno municipal gente que, como ellos, añadió, «no se deja someter, no busca el aplauso fácil y la sonrisa falsa, gente que busca el crecimiento colectivo sin necesidad de derribar al otro», frente a otros que «buscan lo contrario, cumplir caprichos e impedir el crecimiento del club. Esos nunca estarán con nosotros».

Mouriño también hizo alusión al pacto de Los Escudos y habló de «la eficaz cooperación entre las administraciones» en referencia a la Xunta y el Concello de Mos. «Este sueño es un ejemplo de gestión entre lo público y lo privado que nos lleva a poder estar aquí, en esta magnífica obra construida en tiempo récord». Considera que el nombre, Afouteza, simboliza «la identidad y carácter» del club». «Gracias a ella, lo hemos conseguido».

Alberto Núñez Feijoo también habló de los pactos y de los compromisos. «Aquel pacto que yo firmé hace tres años para la construcción de la Ciudad Deportiva y la remodelación del nuevo Balaídos se cerró bajo un lema: Xuntos construímos o futuro. A día de hoy seguimos creyendo en aquel espíritu y la Xunta no ha dejado de estar al lado de los que cumplimos ese pacto y la Xunta no va a dejar de estar al lado de los que cumplen los pactos», añadiendo que su deseo es que el Celta siga siendo un gran club «y cuando el Celta y un ayuntamiento se ponen de acuerdo, la Xunta de Galicia tiene que respetarlo, ampararlo y si es legal tiene que apoyarlo».

Nidia Arévalo, la alcaldesa de Mos tampoco escatimó recados, en su caso dirigidos también a los opositores al proyecto dentro de su propio concello. «Hai tres anos iniciamos un pacto que algúns nun cumpriron, alá eles, Mos cumpriu, igual que o Celta e a Xunta», comentó en clara alusión a Caballero antes de hacer una referencia implícita a los comuneros de Tameiga y a las comunidades de aguas que están en contra del proyecto y que mostraron su disconformidad con pancartas en las inmediaciones del recinto. «Isto é un gol ós que minten, hai un ano foi outro gol ós que minten, ós que manipulan e imos seguir metendo goles porque son os goles do futuro», puntualizó Nidia Arévalo.

La primera respuesta a los discursos llegó vía Twitter por parte de Carmela Silva, la presidenta de la Deputación de Pontevedra. «Real Club Celta do PP», podría leerse en un texto acompañado de una foto en el vestuario de Núñez Feijoo y varios cargos populares con el presidente del Celta con un tachón en la foto y en la zona en donde deberían aparecer las palabras Afouteza e corazón.

 

El club había indicado que entre los invitados estaban Gonzalo Caballero y Ana Pontón, portavoces del PSOE y el BNG en el Parlamento de Galicia, amén de los cargos populares, de Luis Rubiales, presidente de la RFEF y de 70 personas en representación de varios colectivos.

Una inversión de 10 millones para tres campos de fútbol y un edificio multiusos

Nidia Arévalo confirmó durante su discurso que en la primera fase del proyecto de la Ciudad Deportiva del Celta se gastaron 10 millones de euros, cantidad sufragada en su práctica totalidad por el conjunto vigués.

La primera fase inaugurada ayer consta de tres campos de fútbol, zona de tecnificación e instalaciones interiores como vestuarios, gimnasio, sala de fisioterapia, oficinas, sala de prensa (que no se utilizará por el momento al no poder entrar los medios), set de televisión y un comedor. Según el Celta, la Cidade Deportiva Afouteza «é un proxecto innovador e sostible que aúna deporte, lecer e natureza».

Superada la primera fase, el club se enfrenta ahora con la parte más difícil, que es terminar las instalaciones deportivas (hasta ocho campos, pabellón y estadio para el Celta B) y levantar en centro comercial, todo ello en los montes de Tameiga con los comuneros en contra.

 

«Este acto non inaugura nada», dicen los comuneros de Tameiga

La Comunidade de Montes de Taimega, que lidera la oposición al proyecto del Celta en Mos, decidió permanecer en sus casas y renunciar a cualquier acto de protesta presencial en las instalaciones que el club inaugura hoy en Mos para cumplir con las medidas sanitarias. No obstante, han querido dejar patente su rechazo mediante «faixas colocadas na entrada das controvertidas e denunciadas instalacións».

Al margen de la protesta, en un comunicado indicaron que «este acto dos promotores do pelotazo urbanístico nos Montes comunais de Tameiga non inaugura nada, as obras están sen rematar e terán que enfrontarse as múltiples denuncias que poñen en tela de xuízo a súa legalidade». Consideran que la inauguración es «unha escenificación máis para presentar o seu delirio coma un feito consumado e que a veciñanza se dea por vencida».

«Sabemos que isto é un cabalo de Troia para logo expropiar e recalificar o resto do monte, non esquezamos que o seu despropósito ambiental e urbanístico abrangue un millón de metros cadrados de solo rústico de especial protección», concluyen los comuneros de Tameiga.